Portugal tenía hace un mes una cita importante. Sus ciudadanos ponían nota en las urnas a la trayectoria de su gobierno en los últimos años. El primer ministro del país, Passos Coelho, intentaba conseguir el voto de su pueblo para una nueva legislatura apelando a que ha sido el partido que sacó al país de […]
Dirigentes Digital
| 13 nov 2015
Portugal tenía hace un mes una cita importante. Sus ciudadanos ponían nota en las urnas a la trayectoria de su gobierno en los últimos años. El primer ministro del país, Passos Coelho, intentaba conseguir el voto de su pueblo para una nueva legislatura apelando a que ha sido el partido que sacó al país de la crisis y lo devolvió al crecimiento gracias a su coalición socialdemócrata con DS-PP.
Desde el primer momento, los sondeos parecían darle ventaja al ya ex ministro, que esos días buscaba el último impulso a su candidatura para asegurarse la mayoría absoluta y gobernar de forma más estable. Hace unos meses, Passos Coelho señalaba a un periódico portugués que "sería natural que nuestros dos partidos vuelvan a gobernar juntos". "Mi expectativa es que un gobierno con una mayoría parlamentaria salga de estas elecciones. Y eso es por lo que voy a luchar".
Y las encuestas no fallaron, los datos oficiales del Ministerio de Administración Interna daban la victoria en el país vecino a la coalición de centro derecha ‘Portugal al Frente’, con el 39% de los votos. En cambio, el equipo de Gobierno, dirigido por Coelho, no conseguía la tan ansiada mayoría absoluta después de que los votantes le castigaran por aplicar medidas de austeridad. Aún así, era el primer país de la Zona Euro que lograba mantenerse en el gobierno después de haber aplicado medidas de austeridad.
Europa mira a Portugal
En cambio, aunque hace sólo una semana que juró de nuevo su cargo, Coelho se despide del mandato después de que el principal partido socialista de la oposición, los comunistas y el bloque de izquierda se hayan unido para rechazar el nuevo programa del Gobierno en una votación que tuvo lugar el martes por la tarde.
Lo sucedido en Portugal es sólo un reflejo de la situación política que viven otros países donde los recortes han pasado factura, como Grecia. En tan sólo unos meses, Atenas ha asistido a dos procesos electorales fruto de la inestabilidad política que daba un Parlamento muy fragmentado. Además, la falta de consenso hacía imposible llegar a un acuerdo para sacar adelante el tercer rescate que evitaría una suspensión de pagos.
Ahora, por lo tanto, es inevitable pensar en la situación de España, donde el panorama de elevada fragmentación de los Parlamentos autonómicos auguran auguran una rutina política hasta ahora prácticamente inédita. Tras el 20 de diciembre, todo apunta a que las dos principales formaciones, PP y PSOE, se verán abocadas a buscar alianzas estables o acuerdos puntuales con Podemos y Ciudadanos.