Cuando estalló la crisis en 2008 las cuentas del Estado se resistieron de manera sensible. Los ingresos tributarios se desempeñaron acorde con el desplome de la actividad económica y a una política fiscal expansiva que le pilló a contrapié el inicio de las turbulencias financieras. El fisco dejó de recaudar 27.000 millones menos, una caída […]
Dirigentes Digital
| 17 mar 2015
Cuando estalló la crisis en 2008 las cuentas del Estado se resistieron de manera sensible. Los ingresos tributarios se desempeñaron acorde con el desplome de la actividad económica y a una política fiscal expansiva que le pilló a contrapié el inicio de las turbulencias financieras. El fisco dejó de recaudar 27.000 millones menos, una caída del 13% respecto a 2007, un año récord para la Agencia Tributaria cuyos ingresos ascendieron a 200.000 millones, el más alto de la historia y justo un año de la crisis. Las pérdidas podrían haber sido menores sin las medidas fiscales para impulsar una economía que destruyó un 2,5% de PIB en sólo un año.
Pero desde 2009 cuando los ingresos tributarios volvieron a descender hasta 144.000 millones, la recaudación del fisco no ha parado de crecer. En 2010 creció hasta los 160.000 millones y en 2011 en 6.000 millones más. En los tres últimos años se ha estabilizado por encima de los 168.000 millones, cuando la economía española entró en la segunda recesión. Y en 2014, año de despegue y de salida de recesión, a cierre de noviembre, los ingresos ascienden a 161.000 millones.
Según los expertos del Registro de Economistas Fiscales (REAF), del Colegio de Economistas, ve previsible que la recaudación total durante el ejercicio de 2014 alcance la cifra de 170.000 millones, que supondrá otro incremento del 3%, en niveles de 2008. Durante el período entre 2009 y 2014, la recaudación aumentó un 18%, coincidiendo con los años más duros de la crisis. En parte se debe al aumento generalizado de impuestos. Por IRPF pese a las altas tasas de paro aportó a las arcas del Estado un 9,5%. Las rentas del trabajo suponen más del 40% de los ingresos totales por impuestos del Estados. La otra gran partida, el IVA creció un 53% debido a la doble subida del IVA. Entre los dos impuestos, suponen alrededor de tres cuartas partes del total de la recaudación y compensaron el desplome de otros tributos como el de sociedades.
Las Comunidades Autónomas que tienen cedidos la mitad de la tributación del IRPF e IVA también se han beneficiado de esta circunstancia. Con las últimas cifras publicadas, desde 2008 hasta 2012 creció su recaudación un 30%. El 73% de los ingresos provienen de los dos impuestos por excelencia. En el resto de tributos propios sufren caídas significativas. El Impuesto de Sucesiones descendió un 26% y el de Patrimonio, un 70%. La crisis inmobiliaria ha golpeado con especial fuerza al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y de Actos Jurídicos, que redujeron los ingresos un 22% y 66%, respectivamente.
Los impuestos cedidos en su totalidad sólo aportaron un 2,4% de los ingresos totales, apenas 2.805 millones. Las regiones que someten a sus ciudadanos a una mayor presión fiscal con impuestos propios son Cataluña con unos ingresos de 619 millones, seguido de Canarias, con 430 millones y Andalucía, con 232 millones.