Desde el principio la oferta de CVC ha estado envuelta en la polémica. Y es que la firma se podría hacer con la mitad del capital de la compañía a precios de derribo. La firma británica fue elegida por el consejo de administración de Deoleo tras una puja con distintos fondos. Su oferta a 0,38 euros por acción fue la mejor. El mismo precio que pagó por la participación de Bankia, BMN y Dcoop (antigua Hojiblanca), pero insuficiente para unos
accionistas minoritarios que han perdido casi toda su inversión, desde que la compañía estaba dirigida por los hermanos Salazar y se llamaba SOS cotizando a 14 euros.
Con el visto bueno del consejo, CVC formalizó la OPA la OPA a 0,38 euros dirigida al 70% de los accionistas restante del acuerdo de preferencia de venta de Caixa, Unicaja, Cajasur y Daniel Klein. El objetivo de CVC planteado inicialmente era comprar el máximo capital a 0,38 euros gracias a la aprobación de la CNMV, para posterior excluir las acciones de bolsa. Pero los accionistas minoritarios pelearon para que la CNMV no considerara la oferta como "equitativa", lo que obligó a la firma británica a elevarla hasta los 0,395 euros.
No solo eso, también decidió retirar la condición de que fuese aceptada por titulares de al menos el 50% de las acciones con derecho de voto de Deoleo, sobre a la que está dirigida, ante el escaso interés que ha despertado la oferta por bajo precio. Durante el periodo de aceptación varios fondos rechazaron la oferta y salieron del capital.
El resultado es que CVC solo ha logrado captar el 18% del capital con la operación, una cuarta parte de los accionistas que podían acudir a la OPA, con lo que ha elevado su participación al 48%. Inicialmente, y según comentó el consejo, varios de los accionistas mayoritarios, entre los que se encuentran
CaixaBank, CajaSur, Unicaja, Dcoop y Daniel Klein, que acumulaban el 25% del capital, se habían comprometido a vender sus acciones, algo que no ha sucedido.
¿Quiénes ganan y quiénes pierden?
Habrá que ver la evolución de la compañía. Pero si CVC cumple con su compromiso de permanencia en la compañía y continuar con su inversión, se debería ver reflejado en la compañía, una vez resueltas las tensiones de liquidez tras inyectar más de 400 millones y reestructurar la deuda, con lo que los accionistas podrían ver revalorizada su inversión.
Sin duda, los que vuelven a perder son los accionistas minoritarios que confiaron en el proyecto megalómano de los hermanos Salazar. Las acciones mucho tienen que subir para recuperar una pequeña parte de la inversión. Ambos directivos llevaron casi a la ruina a la compañía, antes llamada Grupo SOS, con endeudamiento desmesurado antes de que estallara la crisis financiera en 2008. Aparte de la gestión nefasta de la empresa, están acusado de desviar más 200 millones de euros de la compañía.