El máximo dirigente de Sareb, el conocido como banco malo, que adquirió los activos tóxicos del sector financiero, Jaime Echegoyen, observa con preocupación la difícil situación de la banca italiana con una fuerte necesidad de recapitalización. El crédito dudoso del sistema asciende a 350.000 millones, que supone el 17% del volumen total de préstamos. Para […]
Dirigentes Digital
| 14 jun 2016
El máximo dirigente de Sareb, el conocido como banco malo, que adquirió los activos tóxicos del sector financiero, Jaime Echegoyen, observa con preocupación la difícil situación de la banca italiana con una fuerte necesidad de recapitalización. El crédito dudoso del sistema asciende a 350.000 millones, que supone el 17% del volumen total de préstamos. Para el banquero el alto número de entidades, que llega a 600, y las limitaciones que impone hoy Bruselas para ayudar a la banca hace "difícil una solución". Y lo hace des la perspectiva de formar parte de la solución del saneamiento millonario de los bancos españoles.
Echegoyen cree que no se permitirá la fórmua de un banco malo como ocurrió en España. También mostró su preocupación por la situación en Portugal, cuyos activos tóxicos de la banca asciende al 11% del PIB.
En el caso de España, Bruselas dio autorización para la creación de Sareb con la adquisición de 51.700 millones de activos tóxicos, con un valor nminal de 107.000 millones de euros. La entidad emitió bonos por 51.700 millones con los que se remunerá a sus accionistas, los principales nacos del país salvo BBVA y el Frob. Según Echegoyen, la creación del banco malo permitió "reactivar el mercado inmobiliario y recuperar la confianza en la economía para regresar la inversión extranjera".
En cuatro años de existencia la cartera de activos se ha reducido en 7.800 millones con una generación de ingresos de 12.800 millones. La entidad destina todos sus beneficios a amortizar deuda y pagar intereses. A cierre de 2015, el pasivo se redujo en 7.700 millones y se ha pagado 3.100 millones en intereses.
El dirigente reconoce que la creación de Sareb se realizó de manera acelerada y apunta que con más tiempo se hubiera podido optimizar el precio de adquisición de activos. "Hubieramos podido pagar 35.000 millones por los activos y estar menos endeudados, pero el objetivo era ayudar al sector financiero", ha explicado.