La fusión con Talisman no fue bien vista por muchos analistas que pusieron el acento en el cambio en su perfil de riesgo al asumir un sobreprecio por la canadiense por la que pagó 10.400 millones de euros. La gran preocupación, además, era el efecto sobre su deuda financiera que se elevaba por encima de […]
Dirigentes Digital
| 15 jun 2016
La fusión con Talisman no fue bien vista por muchos analistas que pusieron el acento en el cambio en su perfil de riesgo al asumir un sobreprecio por la canadiense por la que pagó 10.400 millones de euros. La gran preocupación, además, era el efecto sobre su deuda financiera que se elevaba por encima de los 13.000 millones de euros.
Las sinergias que se esperaban con la operación alcanzaban los 220 millones pero Repsol ha duplicado la cifra hasta los 400 millones de dólares anuales, según datos de la compañía.
En un comunicado, Repsol explica que para culminar con éxito la fusión con la petrolera canadiense -anunciada en diciembre de 2014- se definieron 415 iniciativas de integración, un 40 % de ellas con impacto económico asociado. Un programa, subrayan, que se ha acelerado en el escenario de bajos precios del crudo y que hará que este año se logre un ahorro de unos 1.100 millones de euros, sumadas sinergias y eficiencias.
Las áreas con mayores sinergias son Financiera, Personas y Organización, y Sistemas, subraya Repsol. Entre las medidas aplicadas, está la unificación de políticas y procesos, la eliminación de servicios externos duplicados, la optimización del espacio de oficinas en distintas localizaciones o medidas en gestión patrimonial.
Entre todas, la que ha tenido mayor impacto ha sido la compra en diciembre de 2015 y marzo de 2016 de parte de los bonos que Talisman tenía en el mercado. De cara al final de su plan estratégico en 2020, Repsol señala que el área que previsiblemente aportará más sinergias recurrentes será Personas y Organización, con 176 millones de dólares anuales, seguida por el área financiera, con cerca de 80 millones de dólares.
La compra de Talisman, anunciada a finales de 2014, supuso para Repsol pagar 8.300 millones de dólares -fundamentalmente con recursos de caja procedentes de su salida de la argentina YPF- y asumir una deuda de 4.700 millones de dólares.