Los japoneses confían en Abenomics. El primer ministro japonés Shinzo Abe salió victorioso de las elecciones anticipadas celebradas el pasado 14 de diciembre, unos comicios que se configuraban como un pseudoreferéndum sobre su proyecto económico y cuya victoria significó un espaldarazo a este. Las tres flechas de Abe siguen adelante a pesar de que por […]
Dirigentes Digital
| 28 ene 2015
Los japoneses confían en Abenomics. El primer ministro japonés Shinzo Abe salió victorioso de las elecciones anticipadas celebradas el pasado 14 de diciembre, unos comicios que se configuraban como un pseudoreferéndum sobre su proyecto económico y cuya victoria significó un espaldarazo a este. Las tres flechas de Abe siguen adelante a pesar de que por ahora los resultados todavía son relativamente modestos. Con la nueva victoria Abe gana tiempo para llevar a cabo estas reformas, aunque haya sido en unas elecciones con la menor participación desde la II Guerra Mundial. El primer ministro añade cuatro años al contador para implantar sus medidas y ver si consigue reactivar el país.
Japón se enfrenta al reto que supone modernizar una sociedad caracterizada por una población envejecida y marcada por la debilidad del papel de la mujer en el mundo laboral. Una demografía que se suma a una economía lastrada por su abultada deuda -200% del PIB- y una deflación que dura 15 años. El país necesita implantar ya reformas estructurales para conseguir salir de la crisis y modernizar su modelo económico.
"El propósito de estas elecciones era consolidar su base de poder", explica Kimio Kase, profesor de dirección estratégica del IESE, de origen japonés. "Abe necesita una base fuerte de apoyo para hacer frente a los problemas económicos, de defensa, de energía, etc.", añade.
Las reformas estructurales son una de las tres flechas propuestas en el programa económico del líder del Partido Liberal Democrático. Junto con esta flecha, Abe propone una política monetaria expansiva con el objetivo de incrementar la masa monetaria para luchar contra la deflación y un programa de inversión pública que pueda potenciar la subida del PIB.
Los retos del país
"Lo principal es volver al crecimiento, a partir de ahí debe haber fuertes cambios", señala Juan Carlos Martínez Lázaro, economista del IE Business School. Entre los principales problemas de Japón uno de los más acuciantes es la necesidad de recortar la deuda, puesto que aunque el país no tiene problemas de financiación sí que ésta supone una importante merma de recursos a la hora de pagar sus intereses, apunta este experto.
En este contexto, los gastos del sistema público del país son muy elevados con una población envejecida que dispara, por ejemplo, el sistema de pensiones. De hecho, uno de cada cuatro japoneses supera los 60 años. La sangría económica también afecta al campo. La reforma agraria es otra de las medidas pendientes para tratar de acabar con unos subsidios muy elevados. "Tenemos que llevar a cabo reformas en sectores como el agrícola, el sanitario o el energético entre otros", dijo el primer ministro tras su reelección. Mientras que la balanza entre ingresos y gastos no cuadra, el profesor Kase señala también la pérdida de competitividad en algunos sectores como uno de los problemas que debe resolver el país. En este aspecto destaca el sector de la electrónica como un ejemplo a seguir dado que la mayoría de las firmas como Panasonic, Sharp o NEC ya están en fase de recuperación, aunque dentro de este segmento Sony todavía es la excepción.
"Otro problema es el estrangulamiento de iniciativas empresariales debido a demasiadas regulaciones, intereses creados entre los sectores de establishment. De hecho la eliminación de la rigidez institucional en este aspecto forma parte de las flechas del Abenomics", añade.
Puede leer el reportaje completo en la revista Dirigentes del mes de enero.