Según la compañía, cinco de cada seis grandes empresas han sido atacadas por ciberdelincuentes y éstas compañías se tardan por lo menos unos seis meses en detectar el ataque. Sin embargo, nadie se salva. También las pequeñas y medianas empresas ya son blanco de ataques cuyo objetivo es robar información o extorsionar por la información […]
Dirigentes Digital
| 18 feb 2016
Según la compañía, cinco de cada seis grandes empresas han sido atacadas por ciberdelincuentes y éstas compañías se tardan por lo menos unos seis meses en detectar el ataque. Sin embargo, nadie se salva. También las pequeñas y medianas empresas ya son blanco de ataques cuyo objetivo es robar información o extorsionar por la información y en este rubro 60% de pymes han sido vulneradas.
La compañía estadounidense ha presentado su reporte de tendencias y predicciones para el año 2016, en la que mostró un ligero cambio en la manera en que en que han decidido atacar al problema. Ante el incremento de dispositivos móviles, que según Gartner llegará en el 2020 a más de 20.000 millones, las compañías de seguridad ya no se pueden dar el lujo de brindar exclusivamente soluciones de prevención de ataques.
Las amenazas por correo electrónico siguen representando 40% del pastel que los cibercriminales están aprovechando para cometer sus fechorías. Desafortunadamente con el ritmo actual de desarrollo de amenazas de malware y ransomware, se sobrepasan las capacidades para poder prevenirlas. En este punto, la compañía recomienda que los usuarios deben de tener mayor conciencia en el impacto que puede provocar perder información valiosa, a cambio de un par de clicks en correos engañosos o publicidad falsa.
Ahora las compañías de seguridad también deben de integrar soluciones que permitan la detección de las amenazas, que ofrezcan una solución a dicha contingencia y que puedan ayudar a la recuperación de la información. Symantec considera que habrá un crecimiento en los ataques persistentes avanzados.
Según la tecnológica, los cibercriminales se están volviendo más sofisticados en sus ataques y cada vez empiezan a dirigirlos más hacia los usuarios, por lo que un cibercriminal empezaría a observar los hábitos de consumo de un usuario y de esa manera poder introducir una amenaza silenciosa de malware.