La reforma fiscal introdujo importantes novedades en para las empresas. La más importante fue rebajar el tipo impositivo del Impuesto de Sociedades al rebajarlo del 30% al 28% en 2015 y al 25% en 2016. Aunque también se introdujo una rebaja de cinco puntos para pymes hasta el 20% acogiéndose a las nuevas deducciones de […]
Dirigentes Digital
| 06 oct 2014
La reforma fiscal introdujo importantes novedades en para las empresas. La más importante fue rebajar el tipo impositivo del Impuesto de Sociedades al rebajarlo del 30% al 28% en 2015 y al 25% en 2016. Aunque también se introdujo una rebaja de cinco puntos para pymes hasta el 20% acogiéndose a las nuevas deducciones de autofinanciación y endeudamiento, los tipos efectivos en España se mantienen por encima de la media del entorno europeo.
Los expertos de la Fundación de Impuestos y Competitividad valoran con moderado optimismo los cambios introducidos en un reciente informe. Supone "un claro respaldo a la competitividad de nuestro sistema al aproximarnos a los estándares de países de nuestro entorno es sin duda una buena noticia", resaltan, pero observando una serie de deficiencias que se han introducido en el sistema tributario que lastran la competitividad para las empresas españolas.
Según la entidad, hay una amplia lista de medidas cuya incidencia es altamente probable. La mayoría provoca "un claro alejamiento" entre base imponible y resultado contable como las medidas de exclusión de los deterioros de diversos activos, financieros y del inmovilizado inmaterial, la posposición de resultados negativos en operaciones entre empresas del mismo grupo económico, posposición de pérdidas en operaciones con participadas o establecimientos permanentes, limitación de los gastos de representación, limitaciones a la deducibilidad de los gastos financieros y a la compensación de bases imponibles negativas.