Entre planes de estímulo y los recortes de gasto. Así se mueve la economía de brasil que se enfrenta a otro año difícil. Si hace un mes se anunciaba una inyección de 18.641 millones de euros para estimular el crédito, ahora se plantea de nuevo un millonario recorte presupuestario en la línea de la austeridad […]
Dirigentes Digital
| 22 abr 2016
Entre planes de estímulo y los recortes de gasto. Así se mueve la economía de brasil que se enfrenta a otro año difícil. Si hace un mes se anunciaba una inyección de 18.641 millones de euros para estimular el crédito, ahora se plantea de nuevo un millonario recorte presupuestario en la línea de la austeridad seguido por el anterior ministro Joaquím Levy. Todo para evitar una de las peores recesiones del país sudamericano en los últimos 80 años.
Y las previsiones son cada vez peores según los analistas que recoge el Banco Central de Brasil. La economía se contraerá un 3,4% este año y la inflación alcanzará el 7,62 % cuando hace tan sólo una semana se preveía una caída del 3,3% del PIB. La recuperación se sigue esperando para 2017 aunque el avance se modera del 0,59% que se preveía hace una semana al 0,5% actual.
Según el Banco Central, la economía brasileña se habría contraído un 4,08% en 2015, un resultado peor de lo previsto, según informa la entidad que ofrecerá el dato oficial el próximo 3 de marzo. En caso de confirmarse será el peor dato desde 1990 y la primera vez que el país registra dos años seguidos de contracción económica desde 1948.
Las cuentas públicas son otra gran preocupación en Brasil. No sólo por el plan de ajuste en el que el país está inmerso desde hace un año sino por las acusaciones de la oposición a Dilma Roussef de maquillar las cuentas públicas. Un escándalo que provocó la salida del Gobierno del austero Joaquím Levy y la llegada de Nelson Barcosa.
Standard & Poors ha rebajado,además, por segunda vez en cinco meses la nota de Brasil del BB+ a BB, considerado como grado especulativo.
Rousseff, con un pie fuera del Gobierno
38 votos a favor y 27 en contra. Es el resultado que dio recientemente la comisión parlamentaria encargada de rechazar o aprobar la continuidad del proceso contra Dilma Rousseff. El informe de la comisión afirmó que hay indicios de que Rousseff cometió crímenes "de responsabilidad". Rousseff se enfrenta a esta posible destitución por haber maquillado presuntamente el déficit público.
Ahora, la Cámara de los Diputados brasileñas tendrá que aprobar, por mayoría de dos tercios (342 de los 513 miembros), si Rousseff es destituida de su cargo. Si el Senado ratifica la aprobación del Congreso, la presidenta brasileña deberá apartarse del cargo un máximo de 180 días hasta el fallo definitivo de la Cámara alta. Si finalmente el proceso sigue adelante, subiría a la presidencia el actual vicepresidente, Michel Temer, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño y único dirigente de su partido que se mantiene en el Gobierno de Rousseff, a la espera de alzarse con la presidencia. De hecho, según informan medios locales, Temer estaría tan convencido de la destitución de Rousseff que ya habría preparado un discurso para tal ocasión, que se ha filtrado a los medios de comunicación.
Calificación basura
A la mala imagen como presidenta de Brasil, se une la ineficacia en su gestión para intentar sacar a su país de la recesión económica. El fracaso de sus políticas propició que Standard & Poor’s bajara la calificación de BB+ a BB, tan solo cinco meses después de haberle quitado a Brasil el preciado grado de inversión, la calificación crediticia de Brasil se debe, entre otras cosas, al fracaso de las medidas de Rousseff para intentar recordar el déficit fiscal. Este nuevo revés para Brasil es el segundo que recibe en 2 meses por parte de una empresa de calificación crediticia.
Esta vez ha sido S&P, pero en diciembre del año pasado fue Fitch quien tomó la misma decisión. La economía brasileña, la mayor de América Latina, está cuesta abajo y sin frenos inmersa en la que puede llegar a ser su peor recesión, después que el año pasado su economía sufriera una contracción del 4%. Por estos motivos S&P ha destacado la incapacidad del Gobierno de Rousseff para poner freno al déficit fiscal del país, que no deja de aumenta, y en un comunicado ha anunciado: "Ahora esperamos un proceso de ajuste más prolongado, una corrección más lenta en la política fiscal así como otro año de profunda contracción económica".