La deuda ha terminado ahogando a Abengoa, por mucho que cuente con una cartera de proyectos millonaria, buenas conexiones políticas y sea líder y vanguardia de las energía renovables. La compañía ha sido víctima de un alocado endeudamiento, de estar expuesta a los vaivenes de un sector regulado y necesitar una gran necesidad de capital […]
Dirigentes Digital
| 04 dic 2015
La deuda ha terminado ahogando a Abengoa, por mucho que cuente con una cartera de proyectos millonaria, buenas conexiones políticas y sea líder y vanguardia de las energía renovables. La compañía ha sido víctima de un alocado endeudamiento, de estar expuesta a los vaivenes de un sector regulado y necesitar una gran necesidad de capital para continuar su patrón de crecimiento.
Hace tiempo que la compañía había pasado del punto de no retorno, la única manera para continuar en pie, era seguir endeudándose para mantener el ritmo de inversión que requieren sus proyectos. Llegó un momento, que los costes financieros de la deuda se comían el beneficio, hasta que la banca dijo basta.
Para muchos, el principal responsable de esta estrategia son los Benjumea, fundadores, máximos accionistas y dirigentes de la compañía, hasta hace dos días. La banca obligó a Felipe a retirarse de las competencias ejecutivas de la empresa que puso en pie su familia. Se vio obligado a renunciar a la presidencia y reducir su participación por debajo del 50%. Hasta ese momento sus intereses particulares chocaban con el futuro viable de la compañía. Daba igual que la deuda superara los 10.000 millones si Abengoa se mantenía en pie, en lugar de abrir el capital a más inversores que potenciaran el crecimiento sin necesidad de engordar la deuda.
La deuda financiera neta asciende a 6.283 millones a cierre de septiembre, contra poco más de 2.000 millones de patrimonio neto. Números de quiebra técnica, y más con pérdidas de 194 millones. Pero la deuda bruta supera los 10.000 millones, a los que habría que sumar otros 5.000 millones de pago a proveedores. Al final el pasivo total de la compañía asciende a 20.200 millones. Aunque la banca teme que sea superior a falta de aflorar deuda interna entre sus filiales en la maraña de 900 empresas que tiene.