El Gobierno de Irlanda ha sido la última víctima electoral en Europa como consecuencia de la creciente antipatía de los votantes europeos hacia los partidos tradicionales. Tras años de medidas de austeridad y ante la percepción de que los más pobres en Irlanda no se han beneficiado del crecimiento económico más veloz de la región, […]
Dirigentes Digital
| 27 feb 2016
El Gobierno de Irlanda ha sido la última víctima electoral en Europa como consecuencia de la creciente antipatía de los votantes europeos hacia los partidos tradicionales.
Tras años de medidas de austeridad y ante la percepción de que los más pobres en Irlanda no se han beneficiado del crecimiento económico más veloz de la región, la única opción viable para gobernar Irlanda podría ser una alianza entre los viejos rivales Fianna Fail y el partido Fine Gael de Kenny.
Aun así, incluso con el apoyo combinado de ambos grupos podría quedar por debajo del 50% de los votos por primera vez. Si ningún bando tiene la posibilidad de formar un Gobierno, se tendrán que realizar nuevas elecciones.
"El Gobierno de Fine Gael y el laborismo no pueden regresar", dijo Kenny a Reuters. "Tengo el deber y la responsabilidad de trabajar con la decisión que ha tomado el pueblo y dar al país un Gobierno estable, y pretendo cumplir con esto a cabalidad", declaró.
El centroderechista Fine Gael obtuvo el 26% de los votos, cuando se contabilizaban 38 distritos de un total de 40. La cifra está muy por debajo del 36% obtenido hace cinco años. Sus actuales socios de la coalición, los laboristas, apenas han logrado un 7% de los sufragios, mientras que Fianna Fail podría alcanzar un 25%. Los resultados finales de los comicios se darán a conocer la semana próxima.