La que fuera la empresa más relevante de energías renovables del mundo y de más rápido crecimiento de Estados Unidos ha pedido a la Corte de Nueva York acogerse al Capítulo 11 del Código de Quiebras de Estados Unidos que permite la reorganización de la empresa bajo su supervisión. En concreto este Capítulo ofrece protección […]
Dirigentes Digital
| 22 abr 2016
La que fuera la empresa más relevante de energías renovables del mundo y de más rápido crecimiento de Estados Unidos ha pedido a la Corte de Nueva York acogerse al Capítulo 11 del Código de Quiebras de Estados Unidos que permite la reorganización de la empresa bajo su supervisión. En concreto este Capítulo ofrece protección a las compañías frente a sus acreedores, permitiéndoles reorganizar su deuda y vender partes del negocio. La compañía ha asegurado el ingreso de fondos por 300 millones de dólares a través de un régimen de financiamiento, aportado por un consorcio de acreedores.
En su declaración de bancarrota SunEdison ha dicho que tienen activos por 20.700 millones de dólares y deudas por 16.100 millones de dólares a 30 de septiembre de 2015.
"La decisión de iniciar este proceso de reestructuración ha sido difícil, pero se trata de un paso importante para abordar nuestros problemas inmediatos de liquidez", explicaba Ahmad Chatila, CEO de SunEdison, quien ha dicho, además, que la compañía planea deshacerse de operaciones no esenciales y tomar medidas para obtener el máximo valor de su tecnología y propiedad intelectual. "El proceso judicial nos permitirá darle un tamaño adecuado a nuestro balance y reducir nuestra deuda", añadía Chatila.
Algo que "ya se veía venir"
A la mayoría de los expertos no les sorprende lo ocurrido a SunEdison. Destacan su extralimitada ambición y una mala estrategia de adquisición que le llevo a gastar 3.100 millones de dólares en solo dos años. Su afán por convertirse en la mayor compañía de energía limpia del mundo y de manera muy rápida y precipitada le ha llevado a derrumbarse en el proceso.
Los inversores de Wall Street veían venir esta situación después de detectar varias cosas "sospechosas" que anticipaban el escenario actual. Entre otras, las acciones de SunEdison se dejaron en los últimos 12 meses el 95% de su valor. De los 90 dólares que costaban sus títulos en 2007, ahora cotizan alrededor de los 35 centavos.
Además, algunos medios ya hacían pública la situación hace unos días. The Wall Street Journal aseguraba que SunEdison estaba siendo investigada por inflar sus cuentas. Al parecer, y según el periódico, el regulador del mercado de valores, la SEC, no se creía que la compañía de energías renovables tuviera 1.400 millones de dólares en activos líquidos cuando publicó su último informe de resultados en agosto del año pasado.
La sospecha tomaba más peso después de que SunEdison dejara de pagar a sus proveedores a finales de 2015 y buscara liquidez entre su estructura corporativa. La última alarma se producía en marzo cuando la compañía aplazaba la publicación de resultados. En un comunicado decían que se posponía debido a que habían encontrado "debilidades materiales" en su contabilidad analítica.
El negocio de la energía limpia
Tras la caída de SunEdison, la preocupación se extiende ahora a otras compañías de la misma industria. Aunque los desarrolladores de proyectos solares y energía limpia se siguen beneficiando de la fuerte demanda, sus acciones se han visto afectadas por preocupaciones de inversores sobre una potencial caída de la demanda ante los bajos precios del petróleo.
Aún así, este es uno de los mejores momentos de la historia para los fabricantes de paneles solares y turbinas de viento solar, así como para los desarrolladores de proyectos eólicos. En el año 2015 la inversión alcanzó un récord de 330.000 millones de dólares en el sector de la energía limpia. En Estados Unidos, en particular, las renovables están en auge. Un importante crédito fiscal fue ampliado a finales del año pasado para proporcionar incentivos cruciales en proyectos de energías limpias.
La administración Obama ha logrado llevar adelante reglas cruciales como el plan de energía limpia, que exige una reducción de las emisiones de carbono del sector de la energía en el país. Además, este año, tras una reunión sin precedentes en París, las distintas naciones del mundo acordaron reducir los gases de efecto invernadero, lo que llevará a que se pongan en marcha más proyectos de energía limpia.