Suenan tambores de guerra en la sede del PSOE. La tensión entre los partidarios de facilitar el Gobierno a Rajoy y los que defienden las posibilidades de Sánchez para ofrecer una salida al bloqueo en el que se encuentra España es sólo la fachada de un problema de fondo sobre el liderazgo del partido socialista. […]
Dirigentes Digital
| 16 sep 2016
Suenan tambores de guerra en la sede del PSOE. La tensión entre los partidarios de facilitar el Gobierno a Rajoy y los que defienden las posibilidades de Sánchez para ofrecer una salida al bloqueo en el que se encuentra España es sólo la fachada de un problema de fondo sobre el liderazgo del partido socialista. Tras meses de silencio, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, habló para marcarle el paso a Sánchez, en este impasse en las negociaciones que han provocado las elecciones vascas y gallegas, "con 85 escaños no se puede gobernar este país" y el sitio del PSOE es la oposición, dijo la dirigente.
Como en los buenos tiempos del felipismo, los barones cercanos a Díaz han salido en tropel para endurecer las críticas ante la actitud de Sánchez. El más duro ha sido el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, ha afirmado que "confío en que nadie intentará llegar a un acuerdo con quiere romper el país". El mensaje va en contra del llamamiento de Sánchez a Ciudadanos y Podemos para buscar una alternativa a Rajoy. Pero ha ido más allá poniendo en duda el liderazgo del máximo dirigente socialista: "ejerceré a pleno pulmón mi derecho a hablar. Si alguien está intentando llevar a tal extremo la situación política en España como para terminar haciendo depender su estabilidad de quienes quieren acabar con ella, además de poco inteligente estará traicionando los valores del PSOE y nuestras señas de identidad".
Le han secundado el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, y Javier Lambán, presidente de Aragón. Puig asegura que el partido debe estar en la oposición no porque él lo quiera, sino porque es donde lo "han situado los ciudadanos". Y Lambán denuncia el ambiente del PSOE donde se está imponiendo los insultos a los argumento. Esta semana ha salido a la luz la campaña en contra de los díscolos del partido en redes sociales.
Los argumentos utilizados van más allá del choque estratégico y un miembro de la vieja guardia socialista, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha puesto de encima de la mesa el problema abiertamente: "los dirigentes tendrían que colaborar para que salgamos de la situación lo más airosamente posible. No atacábamos al secretario general. Nos reuníamos y tratábamos de hacer valer el peso del PSOE frente a Aznar. Hoy son siete. Si los siete se reunieran y dieran una sensación de unidad frente a Rajoy y el PP, el conflicto se acabaría. No habría que tener en cuenta lo que dicen las redes sociales sino lo que dirían estos siete dirigentes unidos". El problema es Pedro Sánchez y no la posición política.
Hasta después del 25 de septiembre no se esperan movimientos dentro del PSOE, ni mucho menos para formar Gobierno. Desde la dirección federal del partido no se descarta que se convoque el Comité Federal para pedir permiso a la ejecutiva para que Sánchez intente una nueva investidura, pero como están las cosas tampoco se descarta que el órgano se revuelva contra Sánchez.