Reino Unido se había convertido en un mercado estratégico para la banca española que buscaba internacionalizar el negocio en un sector geográfico con mayores expectativas de crecimiento que el mercado doméstico. La primera entidad en dar el paso fue Santander con la adquisición hace más de diez años de Abbey. Y la última, recientemente, ha […]
Dirigentes Digital
| 08 nov 2016
Reino Unido se había convertido en un mercado estratégico para la banca española que buscaba internacionalizar el negocio en un sector geográfico con mayores expectativas de crecimiento que el mercado doméstico. La primera entidad en dar el paso fue Santander con la adquisición hace más de diez años de Abbey. Y la última, recientemente, ha sido la adquisición de TSB por parte de Banco Sabadell. De hecho, el Reino Unido es el principal mercado para el sector financiero español, prácticamente el doble que el segundo, Estados Unidos. Según el Banco de España, el país concentra hasta el 30% de la exposición crediticia internacional, hasta los 1.100 billones de euros, frente al 16% de Estados Unidos o el 9,3% de Brasil. En concreto, la cartera crediticia en Reino Unido aumentó un 9,7 % en tasa interanual a pesar de la apreciación del euro frente a la libra esterlina (16,2 %). Los bancos más expuestos son principalmente tres: Santander, Sabadell y BBVA (este último tras la adquisición del banco digital Atom Bank). Pero las cifras más preocupantes son las referentes a la financiación minorista que supone el 70 % de la cartera total de préstamos en este país, y en particular, para la adquisición de vivienda. Una cifra que ascendería a 770 billones. En este caso recae el esfuerzo sobre Santander y Sabadell. Para el banco presidido por Ana Botín, el Reino Unido supone el 19% del beneficio neto, y del 27% para Sabadell. A falta de que el Gobierno de May active el artículo 50 del Tratado de Lisboa y se comiencen las negociaciones, las turbulencias financieras provocadas por el Brexit han sido menores de lo esperado salvo por pequeños shocks en la libra, y la economía ha mostrado fortaleza en el segundo trimestre, creciendo un 0,7% trimestral (2,1% interanual) en línea con su crecimiento potencial. Pero el mercado inmobiliario fue uno de los primeros en dar señales preocupantes ante un ruptura dura. A los pocos días del referéndum quedó bloqueada media centena de fondos inmobiliarios. El propio Banco de España advierte de que este impacto, según estos estudios, oscila entre un –1 % y –6 % sobre el nivel del PIB de la economía británica en 2018, en función del escenario que se desarrolle entre un Brexit duro o suave. Y señala que a más largo plazo los efectos en la capacidad productiva del Reino Unido son más difíciles de anticipar, ya que, en gran medida, dependen del marco de relación comercial y financiera que acabe teniendo Reino Unido no sólo con la UE sino también con otras importantes áreas económicas como Estados Unidos o las economías asiáticas.