Desde el presidente de Argentina hasta políticos de posiciones antagónicas a las suyas, como funcionarios del régimen de Venezuela, y también dirigentes de México, Chile y Brasil tienen un elemento en común: todos han sido objeto de alguna de las fugas de datos que se han producido en América Latina desde 2015. Independientemente de si […]
Dirigentes Digital
| 11 nov 2016
Desde el presidente de Argentina hasta políticos de posiciones antagónicas a las suyas, como funcionarios del régimen de Venezuela, y también dirigentes de México, Chile y Brasil tienen un elemento en común: todos han sido objeto de alguna de las fugas de datos que se han producido en América Latina desde 2015. Independientemente de si las actividades reveladas eran lícitas o ilícitas, las filtraciones tuvieron una repercusión retumbante. Unos involucrados han terminado en prisión, otros con sus reputaciones arruinadas y aún otros han sacudido aún más el tablero al pasar a colaborar en investigaciones judiciales. El efecto mediático de las revelaciones es tal que cada vez que surgen nombres como Papeles de Panamá, WikiLeaks, SwissLeaks y similares ocurre un seísmo en el mundo de las finanzas, la política, la seguridad o, inclusive, la vida privada de las personas. Algunas de las empresas que vivieron los efectos de esas filtraciones en América Latina fueron OHL (en México), Odebrecht (en Brasil) y Discover Petroleum (en Perú), mientras que prácticamente no hay Gobierno que no tenga algún nombre en las sucesivas listas que fueron apareciendo a través de conversaciones grabadas, la confesión de “arrepentidos” o el simple examen de documentación. Puede leer el reportaje completo en la revista DIRIGENTES del mes de noviembre