Italia está saliendo poco a poco de una “profunda recesión”, según recoge el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE). Las reformas estructurales y una política monetaria favorable son las principales causas del crecimiento. Sin embargo, el avance inclusivo, la eficiencia de las administraciones públicas, el dinamismo del ecosistema empresarial […]
Dirigentes Digital
| 15 feb 2017
Italia está saliendo poco a poco de una “profunda recesión”, según recoge el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE). Las reformas estructurales y una política monetaria favorable son las principales causas del crecimiento. Sin embargo, el avance inclusivo, la eficiencia de las administraciones públicas, el dinamismo del ecosistema empresarial y, sobre todo, el saneamiento de su sistema financiero son las asignaturas pendientes del país. El documento recoge la necesidad de continuar con las reformas para asegurar los progresos hasta ahora conseguidos. Por un lado, recomienda al Gobierno incrementar el gasto en infraestructuras para impulsar la inversión, aunque dentro del marco de las políticas fiscales “prudentes”. Las bajas tasas de productividad y la falta de equidad en el reparto de los beneficios de la recuperación alrededor del país son retos a los que también tendrá que hacer frente el Ejecutivo central. Este escenario viene explicado por la falta de efectividad en el sistema público y judicial, la baja competitividad en algunos sectores y la ralentización del crecimiento empresarial. El “no” a la reforma de la Constituciónd el pasado mes de diciembre también podría poner en peligro las reformas hasta ahora logradas, según la OCDE. “Las importantes reformas llevadas a cabo en los últimos años están empezando a notarse. El crecimiento se recupera lentamente, pero siguen existiendo retos complejos. Para el bienestar de los italianos, es necesario que el proceso de reformas continúe y que las nuevas medidas se implemente de manera total y efectiva”, ha señalado Angel Gurría, secretario general de la organización. Entre sus recomendaciones, la mejora de los mecanismos de control fiscal, la aplicación del programa contra la pobreza, el impulso en el desarrollo del ‘venture capital’ como medio de financiación y vincular más la formación al mundo empresarial.