Las pensiones contributivas en España se revalorizan cada año en base al Índice de Revalorización del Sistema (IRS), un mecanismo de ajuste automático que sólo tiene en cuenta criterios de equilibrio financiero y desliga el incremento de otros factores macro como la evolución de los precios o de los salarios. El sistema español es único […]
Dirigentes Digital
| 18 abr 2017
Las pensiones contributivas en España se revalorizan cada año en base al Índice de Revalorización del Sistema (IRS), un mecanismo de ajuste automático que sólo tiene en cuenta criterios de equilibrio financiero y desliga el incremento de otros factores macro como la evolución de los precios o de los salarios. El sistema español es único en este sentido, ya que el resto de estados consideran al menos alguna de las dos variables de suficiencia (en relación al poder adquisitivo de los pensionistas) además del mecanismo de ajuste automático. Tan sólo en Irlanda y Lituania la decisión no está sujeta a una norma fija, según expone el estudio “La revalorización de las pensiones en Europa” publicado por el sindicato Comisiones Obreras (CCOO). El IRP tiene en cuenta anualmente los siguientes factores: ingresos del sistema, variación del número de pensiones, variación de la pensión media, acelerador alfa (decisión del Gobierno de la cuantía a imputar al sistema según el déficit/superávit previsto) y el déficit/superávit global del sistema. Al ser un mecanismo de ajuste automático, el principal objetivo es lograr el equilibrio financiero del sistema. La única vinculación que establece el IRP en términos de suficiencia es que el resultado del indicador, a pesar del ciclo económico, pone un tope mínimo a la revalorización del 0,25% y un máximo del IPC + 0,50%. Hasta 2013, la revalorización de las pensiones estuvo sujeta a la evolución del IPC, en línea con otros países como Suecia o Alemania, que combinan la aplicación de un mecanismo de sostenibilidad automático con el análisis de otras variables como los salarios o el PIB. Tras la reforma del sistema, se desvinculó definitivamente la variación de las pensiones de los precios, lo que ha contribuido a que desde 2014 la revalorización haya sido la mínima fijada por ley (+0,25%). Además de los mecanismos mixtos, como el de Suecia y Alemania, los países de nuestro entorno ligan las subidas a alguno de los indicadores del poder adquisitivo de los pensionistas. Francia, por ejemplo, actualiza el uno de octubre según la evolución esperada de los precios (excluyendo el tabaco), en Alemania se liga al incremento bruto de los salarios, en Italia se calcula el índice “coste de vida” por el Instituto Nacional de Estadística y en Portugal se tiene en cuenta la evolución del PIB y del IPC (excluyendo vivienda).