Este 1 de septiembre se realizará en Ciudad de México la segunda de las diversas rondas de negociaciones que se han fijado Canadá, Estados Unidos y México para actualizar antes de fin de año el Tratado de Libre Comercio del Atlántico Norte, conocido por su sigla en inglés Nafta. “Las negociaciones seguirán a un ritmo […]
Dirigentes Digital
| 01 sep 2017
Este 1 de septiembre se realizará en Ciudad de México la segunda de las diversas rondas de negociaciones que se han fijado Canadá, Estados Unidos y México para actualizar antes de fin de año el Tratado de Libre Comercio del Atlántico Norte, conocido por su sigla en inglés Nafta. “Las negociaciones seguirán a un ritmo acelerado en Canadá a finales de septiembre y regresarán a EEUU en octubre, con rondas adicionales planeadas para el resto del año”, informa el comunicado que emitieron los tres países al concluir la primera reunión, el 20 de agosto, en Washington. Si bien el texto no detalló los temas tratados, fuentes cercanas al encuentro señalaron que los representantes discutieron sobre servicios financieros, inversiones, comercio digital, sector textil, pymes, barreras al comercio y compras al gobierno. La cuestión automotriz Con todo, uno de los temas neurálgicos del Nafta es la industria automotriz, según ha dejado ver el propio Trump, que ha criticado específicamente a Ford y General Motors cuando anunció que impondría aranceles del 15% al 35% a las empresas que trasladen sus operaciones a México. De acuerdo con publicaciones en la prensa local, EU se propone elevar las reglas de contenido regional en el sector automotriz (cantidad de piezas de origen local usadas en el ensamblaje de coches) de 62,5% hasta cerca de 80%. Canadá y México consideran que ello tendría efectos negativos. Trump ha realizado recurrentes declaraciones contra México y contra el propio tratado, firmado en 1992 por su antecesor George W. Bush y puesto en vigencia en 1994, por lo que la aceleración de las negociaciones refleja también la evolución de sus declaraciones. “Creo que probablemente acabaremos con el Nafta en algún momento”, puntualizó el mandatario el 23 de agosto. En abril, casi cumplió con ello al anunciar que salía del que llama “el peor tratado de la historia”. Su argumento es que Canadá y México se han aprovechado de EEUU. Las reacciones De esta manera, la posibilidad de que las próximas rondas aceleren el fin del tratado está latente y las reacciones que ese hipotético desenlace ha generado entre empresarios y autoridades muestran el grado de tensión que los negociadores intentarán minimizar. “El fin del Nafta sería la pérdida de un instrumento de mucho valor, sería un golpe fuerte no deseado”, dijo Moisés Kalach, del Consejo Consultivo del sector privado al Gobierno de México para la renegociación, en declaraciones publicadas por Bloomberg. “Abandonar el Nafta sería algo diametralmente opuesto a los objetivos declarados (por Trump) de apoyar a la economía, al trabajador y al empleo estadounidense”, dijo por su parte David MacLennan, CEO de Cargill, al Financial Times. La canciller canadiense, Chrystia Freeland, en tanto, afirmó que su país trabajará con ahínco para modernizar el tratado y destacó, en un comunicado a la prensa, que las negociaciones a veces tienen “momentos de retóricas acaloradas”. En esa línea que supone que todo no sería más que una actuación de Trump, parece convergir también la opinión de su colega mexicano, el canciller Luis Videgaray. “Trump es un negociador con un estilo peculiar, con un estilo conocido, y lo que está haciendo es negociar”, concluyó el diplomático, en vísperas del encuentro de este viernes.