1. ADN responsable La integración de la responsabilidad social y sostenibilidad en el core business es un requisito en el escenario actual al que se enfrentan las organizaciones que desean ganarse el respeto de sus grupos de interés. 2. La reputación, el intangible más escurridizo Lo que intuyen o piensan los grupos de interés acerca […]
Dirigentes Digital
| 01 sep 2017
1. ADN responsable La integración de la responsabilidad social y sostenibilidad en el core business es un requisito en el escenario actual al que se enfrentan las organizaciones que desean ganarse el respeto de sus grupos de interés. 2. La reputación, el intangible más escurridizo Lo que intuyen o piensan los grupos de interés acerca de una marca tiene más peso que aquello que pueden ver o tocar. Es decir, las cifras no bastan. La reputación corporativa ha de afianzarse hoy en día en los cimientos del desarrollo sostenible. En un clima de desconfianza y crisis de valores, los grupos de interés castigan rápidamente los errores y las malas prácticas y se volverán más reacios a otorgar de nuevo la confianza perdida. 3. Las 4 P… y más allá El marketing responsable ha de tener en cuenta las tradicionales 4 P (producto, precio, distribución y promoción), reinventándolas y alineándolas con la estrategia de responsabilidad social de la compañía para conseguir potenciar una identidad corporativa comprometida, estable e integrada. El nuevo marketing 3.0 contempla también valores sociales y medioambientales, e impulsa a las organizaciones a reportar de acuerdo con la triple cuenta de resultados. Al final, esta característica da lugar, según Forética, a otras 3 P: personas, planeta y beneficio (profit, en inglés). 4. Opacidad, un enemigo siempre al acecho Una estrategia de comunicación basada en la confianza y la veracidad es el mejor embajador para atraer a los clientes. En definitiva, la transparencia es clave a la hora de crear confianza. 5. Marcas responsables, cuestión de confianza El primer paso para ganar reputación es ganarse la confianza (y mantenerla) de los grupos de interés. La confianza de los consumidores llega a incidir muy claramente sobre la supervivencia de las compañías en un mercado competitivo como el actual. Según Forética, generar confianza es una consecuencia de implementar un modelo de gestión SGE21, la norma europea que desarrolla los requisitos para establecer y evaluar el Sistema de Gestión ética y Socialmente Responsable propuesto por Forética. 6. No es suficiente con serlo, también es necesario parecerlo La comunicación y el diálogo bidireccional son esenciales para una nueva forma de comunicar, más responsable, interactiva, veloz y comprometida. “Una adecuada estrategia de comunicación responsable que alinee la realidad de la compañía con la percepción que se tiene d ella asegura su valor reputacional”, explican desde Forética. 7. Web 2.0, adaptarse a los tiempos Cada vez son más los departamentos de comunicación que se esfuerzan por identificar los espacios virtuales en los que se discute sobre la empresa, para empaparse de esas discusiones y aportar información adicional. Aquellas empresas y organizaciones que no se adapten al nuevo marco virtual, responsable, interactivo y participativo, donde las redes sociales tienen un claro protagonismo, se verán obligadas a desaparecer. 8. Cortoplacismo, esa verdad incómoda Una acción de marketing responsable solamente funciona cuando está cimentada en una estructura fuerte, veraz y realmente comprometida. Los objetivos estratégicos se fijan a largo plazo de acuerdo a los principios y valores de la organización. 9. Tender puentes, el marketing responsable al servicio de la RSE Para que una estrategia de marketing responsable funcione, ha de estar alineada a su vez con la estrategia responsable de la compañía. Maquillarse como una compañía responsable, con directivos abrumados por las exigencias sociales pero reacios a cambiar el modelo de gestión, ya no funciona. Los dirigentes que han comprendido que merece la pena apartarse un momento de la parte financiera y centrarse en las herramientas para ganar sostenibilidad a largo plazo, conducirán a sus compañías a buen puerto y sobrevivirán. 10. Es de necios confundir valor con precio El marketing responsable, como la RSE, cuando se lleva a cabo de un modo correcto y coherente, es una inversión a largo plazo que aporta a las compañías beneficios tanto a nivel reputacional como a nivel monetario. Las compañías que integran fuertemente la RSC en el ADN corporativo ven cómo los costes asociados a la herramienta acaban diluyéndose en los múltiples beneficios derivados de su aplicación.