El ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont ha llegado a Bruselas, acompañado de parte de su equipo, un día después de que el secretario de Estado belga Theo Francken le lanzara una oferta de asilo político si el ex dirigente catalán lo solicitara. Le acompañan los ex consejeros Joaquim Forn, Meritxell Serret, Meritxell Borràs, […]
Dirigentes Digital
| 30 oct 2017
El ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont ha llegado a Bruselas, acompañado de parte de su equipo, un día después de que el secretario de Estado belga Theo Francken le lanzara una oferta de asilo político si el ex dirigente catalán lo solicitara. Le acompañan los ex consejeros Joaquim Forn, Meritxell Serret, Meritxell Borràs, Dolors Bassa y Antoni Comin. La propuesta del político belga, del partido nacionalista flamenco N-VA —uno de los partidos que gobierna en coalición en el Gobierno federal belga— provocó que el primer ministro, Charles Michel, le llamara la atención y desmintiera que la propuesta estuviera en la agenda de su Gobierno. En los últimos días la crisis catalana también ha provocado una brecha en la política belga y son muchos los medios que ligan las declaraciones de Francken a que ya era conocedor de que Puigdemont tenía intención de pedir asilo. El procès se sigue muy de cerca en Bélgica porque la región flamenca, Flandes, se siente identificada con la situación de Cataluña. Sin embargo, desde el Gobierno belga se intenta no tener ningún enfrentamiento con el Gobierno español porque cualquier ofrecimiento de asilo, en el caso de confirmarse, se tomaría como una intromisión en los asuntos internos de un estado miembro. Las autoridades belgas hoy ni confirmaban ni desmentían que Puigdemont estuviera en el país. Pero desde la oposición se pedían explicaciones al Gobierno de Michel. El ex primer ministro y líder de los socialistas belgas, Elio Di Rupo, pedía al primer ministro que diera la cara y ofreciera explicaciones de forma “urgente”. “De ello depende la credibilidad internacional de Bélgica“, añade, consciente de que toda Europa mira recelosa al país y a la capital europea. Pero no sólo ha sido Di Rupo sino que toda la oposición ha terminado por unir fuerzas y pedir explicaciones al primer ministro belga sobre su postura en la crisis catalana. El partido nacionalista flamenco tuvo que salir esta tarde a desmentir que Puigdemont estuviera en su sede, ante periodistas que esperaban a las puertas, sin confirmar que fuese a llegar más tarde. `Son rumores´, decía el portavoz. “Si está en Bruselas no es porque le hayamos invitado“, añadían en un twit. Las relaciones con el partido flamenco han sido siempre muy cordiales porque se han visto como defensores de la misma causa, dos regiones con sed de independencia de sus respectivos países. Hoy, sin embargo, parece que quieren guardar las distancias. El viaje de Puigdemont, adelantado por El Periódico y La Sexta, se ha producido el mismo día en que el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, anunciara una querella contra los ex miembros del Govern por los delitos de rebelión, sedición y malversación. Habría viajado en coche hasta Marsella y desde ahí a Bruselas. Una posible solicitud de asilo por parte de Puigdemont y algunos ex consejeros sólo podría darse si se prueba que en el país de origen existen señales serias de persecución. Así lo ha señalado el comisario general belga para los refugiados y los apátridas, Dirk Van den Bulcke en declaraciones a medios locales.