De regreso a la presidencia de Chile, el conservador Sebastián Piñera inició esta semana su segundo mandato como jefe de Estado (el anterior fue 2010-2014) con metas de crecimiento económico, inclusión social y modernización institucional. En su mandato anterior, el político se alternó en el cargo con la socialista Michelle Bachelet, que deja la primera […]
Dirigentes Digital
| 15 mar 2018
De regreso a la presidencia de Chile, el conservador Sebastián Piñera inició esta semana su segundo mandato como jefe de Estado (el anterior fue 2010-2014) con metas de crecimiento económico, inclusión social y modernización institucional. En su mandato anterior, el político se alternó en el cargo con la socialista Michelle Bachelet, que deja la primera magistratura legando una economía, si bien ralentada, en estabilidad y más ordenada que la de Brasil y Argentina, casos turbulentos de la llamada “marea rosa” (gobiernos de centro-izquierda). Diversos analistas consideran que, a pesar de la diferencia ideológica de ambos mandatarios y más allá del hecho de que Bachelet sea la última mujer jefe de Estado en la región, no habrá cambios drásticos en la conducción del país. Como le dijo a DIRIGENTES Patricio Navia, profesor de Estudios Liberales en la Universidad de New York: “En Chile ni la izquierda es tan izquierda, ni la derecha es tan de derechas. Ambos sectores son bastante moderados y dialogan entre sí”. El plan de Piñera En el plano económico, el nuevo mandatario se propone duplicar la tasa de crecimiento de la economía (fue del 1,8% en promedio durante la gestión Bachelet) y con ello lograr que Chile sea un país sin pobreza hacia el año 2025. Buscará, dijo, que la inversión crezca hasta un 7% en los próximos cuatro años y estima que alcanzará su meta con un costo fiscal de 14.000 millones de dólares (unos 11.400 millones de euros). Buena parte de sus expectativas están en la minería, la principal actividad nacional (Chile es el máximo productor mundial de cobre). El ministro de Minería, Baldo Prokurica, dijo que espera “reactivar la gran cantidad de proyectos que están paralizados y que superan los 50.000 millones de dólares (unos 40.400 millones de euros)”. Hablar de “reactivación” se explica por el hecho de que varias firmas, locales y extranjeras, habían cancelado sus operaciones en el último tiempo debido a la baja del precio del metal y a dificultades administrativas. Justamente, cuestiones burocráticas constituyen otro de los focos de la acción de los nuevos equipos de Gobierno. “Tenemos que ayudar a que las empresas puedan ingresar a los sistemas cumpliendo con la ley”, detalló Prokurica, explicando que creará una oficina dedicada exclusivamente a la gestión de proyectos de inversión con el fin de agilizar los trámites. Negocios y empleo Por lo demás, “perfeccionar” y “simplificar” son palabras que también se oyen con frecuencia entre los funcionarios recién asumidos en los despachos fiscales. Ello refleja la intención de implementar una reforma tributaria, con menos tasación a la actividad empresarial, para dinamizar la economía con el empuje de la iniciativa privada. El propio Piñera, además de político, es un empresario e inversionista reconocido también académicamente con un PhD Economía por Harvard. Su fortuna personal es de aproximadamente 2250 millones de euros, según un perfil trazado por la revista Forbes en 2017, cuando conquistó el 54,6 % de los votos de los chilenos para ejercer nuevamente la presidencia de la única nación sudamericana miembro de la OCDE. Junto con Uruguay (centro-izquierda), Chile lidera la categoría Ética y Corrupción del Foro Económico Mundial 2017 en la región. Como una muestra de que cuestiones ideológicas interfieren poco en la política de Estado en este país, el nuevo mandatario completa su cartilla de objetivos con la meta de crear 600.000 puestos de trabajo en su período de Gobierno, que se extenderá hasta 2025, promover la inclusión y ayudar a quebrar el “techo de cristal” (obstáculos al liderazgo femenino).