En un entorno cada vez más global, las fuerzas de seguridad tienen difícil ganar esta guerra. Y a pesar de conseguir meritorias victorias, todo indica que a largo plazo tienen las de perder en esta batalla. Uno de los casos más notorios de los últimos años, y con saldo positivo para los buenos, ha sido […]
Dirigentes Digital
| 12 may 2018
En un entorno cada vez más global, las fuerzas de seguridad tienen difícil ganar esta guerra. Y a pesar de conseguir meritorias victorias, todo indica que a largo plazo tienen las de perder en esta batalla. Uno de los casos más notorios de los últimos años, y con saldo positivo para los buenos, ha sido la desarticulación de una mafia de ciberatracadores de bancos de todo el mundo. Su cerebro informático, Denis K, un ucraniano de 35 años, fue detenido en Alicante en febrero de este 2018. Su banda, que colaboraba con varias mafias de Europa del Este, hacía que los cajeros escupieran todo su dinero. Y no fue poco: más de 800 millones de euros. ¿Cómo lo hacían? Infectaban los ordenadores de las sucursales bancarias para conseguir que los cajeros vaciaran todo su efectivo cuando y como querían. Operaban en toda Europa. En España, esta organización criminal atacó durante el primer trimestre de 2017 cajeros situados en el centro de Madrid realizando extracciones fraudulentas por un valor de medio millón de euros. En la sociedad actual, ciudadanos, empresas y gobierno exigen conectividad permanente. La tecnología la proporciona, pero como todo, tiene un precio. Podemos acceder en todo momento a multitud de servicios y también somos accesibles para quien cuente con las herramientas informáticas necesarias. Somos víctimas de nuestras necesidades. Cualquier actividad es susceptible de ser alterada para alejarla de su función habitual. Internet nos ofrece una ventana al mundo, pero conviene no olvidar que por esta ventana también puede entrar alguien a robar. Puede leer el artículo completo correspondiente a la edición del mes de mayo pinchando aquí