Los movimientos de las últimas semanas en la industria de fondos de inversión han reabierto el debate sobre la extrema importancia que los inversores dan al gestor de sus ahorros. Pero, ¿de verdad es tan transcendental esta figura? Entonces, ¿por qué está creciendo a un ritmo tan elevado la gestión pasiva, en la que el […]
Dirigentes Digital
| 30 sep 2014
Los movimientos de las últimas semanas en la industria de fondos de inversión han reabierto el debate sobre la extrema importancia que los inversores dan al gestor de sus ahorros. Pero, ¿de verdad es tan transcendental esta figura? Entonces, ¿por qué está creciendo a un ritmo tan elevado la gestión pasiva, en la que el gestor no influye en los rendimientos más que los índices a los que está referenciado el producto? ¿Está detrás de esta tendencia los últimos movimientos de las estrellas de las firmas?
Sin duda todo tiene que ver. Al fin y al cabo, los fondos de gestión activa suelen ser criticados por no superar la rentabilidad del mercado. Y cada vez más minoristas apuestan por fondos indexados en los que la figura del gestor no cobra tanta relevancia, y, por eso precisamente, son en numerosas ocasiones más baratos en lo que a comisiones se refiere. Y si las gestoras ganan más por esta vía con el inversor minorista, ¿para qué les hace falta un gestor estrella? Vanguard Group, por ejemplo, acaba de superar los 3 billones de dólares solo en su negocio de fondos índice.
Según un reciente estudio realizado por la consultora Cogent Research en EE UU "desde 2007, la proporción de asesores financieros que recomiendan ETFs ha aumentado del 46% hasta el 73% actual (datos de 2013)". Del mismo modo, la asignación de activos de asesores utilizando fondos cotizados subió del 5% al 12% en 2013. Y lo más importante. Por primera vez, los asesores declaran que la posibilidad de invertir el dinero en ETFs iguala a la de los fondos de inversión tradicionales. No solo en EE UU. Tras un inmejorable mes de agosto para la industria, los activos totales gestionados en este tipo de productos se incrementaron en Europa hasta los 346.000 millones de euros, un 20,2% superior que al cierre de 2013.
Las últimas estimaciones de The Boston Consulting Group también apuntan en esta dirección. La inversión pasiva (en toda clase de activos) se ha duplicado desde 2003, mientras que el porcentaje en el otro lado (el de active assets) ha caído un 29%. Los expertos explican que es más fácil vender un producto si la firma tiene una cara conocida a sus espaldas. Incluso a pesar de que en numerosas ocasiones las rentabilidades obtenidas por ese gestor dejan bastante que desear, como ha ocurrido en los últimos meses con Bill Gross.
Sin embargo, y como ha quedado demostrado estas últimas semanas, convertir a un gestor de fondos en una gran estrella es también un gran riesgo. La firma Sanford Bernstein calcula que hasta un 30% de los activos de Pimco podrían salir de la firma siguiendo los pasos del gurú Gross.
Según The Wall Street Journal, en solo tres días habrían salido de la firma 10.000 millones de dólares, y algunos analistas cifran en 100.000 millones el impacto de la salida del gestor. La firma ya se está preparando para la posible oleada de reembolsos y ha iniciado una rápida estrategia de comunicación. Además de tranquilizar a sus clientes, ya se están reuniendo con analistas para asegurarles que cuentan con liquidez suficiente para hacer frente a esta salida de flujos.
En España, Bestinver también está sufriendo reembolsos tras la salida de Francisco García Paramés. Según las últimas estimaciones realizadas por Morningstar y calculadas en base a las rentabilidades y patrimonios diarios, habrían salido de la firma 650 millones de euros. El gran problema vendrá si la salida de flujos continúa, pues entonces se pondría en juego la liquidez de los partícipes. Y eso solo se soluciona acelerando las ventas.