La crisis internacional que aún sufrimos tiene una raíz claramente financiera. Pero, su mayor consecuencia por el momento ha sido un escenario de crecimiento mundial débil y desigual. Y con enormes incertidumbres para el futuro. Claro que, una parte de estas incertidumbres a futuro se van a centrar en el escenario político. De hecho, muchos […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
La crisis internacional que aún sufrimos tiene una raíz claramente financiera.
Pero, su mayor consecuencia por el momento ha sido un escenario de crecimiento mundial débil y desigual. Y con enormes incertidumbres para el futuro.
Claro que, una parte de estas incertidumbres a futuro se van a centrar en el escenario político.
De hecho, muchos analistas consideran que en un contexto de estancamiento económico mundial (crecimiento por debajo del potencial y desacelerándose) como el que se espera para 2016, la clave para adelantar el futuro comportamiento de los mercados será probablemente el escenario político. Social y político.
En 2015 hemos tenido dos importantes focos de atención: la Fed y la situación de China. ¿Piensan que simplifico demasiado? En muchas ocasiones, tratar de entender los problemas pasa por simplificarlos. Pero sin que ello suponga la pérdida de información significativa. Considerando esta limitación, creo sinceramente que centrar en la Fed y en China los principales temas de debate este año tiene mucho sentido. Como también lo tendrá, siempre en mi opinión, concretar en la política el foco de dirección a futuro de los mercados financieros. O ponerlos como principal foco de tensión.
Piensen un poco en ello: los riesgos geopolíticos se consideraban hasta hace poco como lejanos, apenas una amenaza que nos influía (a los inversores) a través del mercado como la inestabilidad en precios de commodities o afectando a nuestras inversiones internacionales. Ahora no sólo se trata de un riesgo cada vez más próximo, y global, como también afecta a la política a nivel nacional. La inmigración y el terrorismo, como factores de conexión; la repercusión en la formación de gobiernos, su debilidad frente a una cada vez menos cohesionada y dominada por el multipartidismo clase política, en un escenario de tensiones sociales subyacentes.
¿En Europa? La continuidad de la integración europea, con las autoridades alemanas cuestionando la velocidad en el caso de la integración financiera y fiscal; también en Europa, al valorar el debate sobre la continuidad de Reino Unido dentro de la Union Europea (UE); política, al fin y al cabo, ante el anticipo de las elecciones generales en Alemania, Francia e Italia en 2017 en un entorno de dificultades económicas, inmigración y el terrorismo. Un caldo de cultivo muy apropiado para partidos radicales y populistas, en general anti euro.
¿En Estados Unidos? ¿de verdad podemos estar confiados sobre el resultado de las elecciones presidenciales norteamericanas? La repetición de una presidencia demócrata, con las cámaras en manos republicanas, nos pondría ante las mismas dificultades que hemos sufrido en el pasado reciente a la hora de aprobar reformas que limiten los riesgos sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas. La victoria republicana aclararía sin duda el escenario político actual de dualidad demócrata y cámaras republicanas, pero podría generar más inestabilidad en los mercados sobre las potenciales medidas a tomar. Cuestiones como un mayor proteccionismo o ajustes a corto plazo en el presupuesto, podrían generar nuevas dudas sobre el escenario económico a futuro. Y ya saben que si lo que es bueno para la economía estadounidense lo es para el resto, también funciona como relación en el caso opuesto.
Pero, también hay elecciones regionales en Japón. Y con el Primer Ministro Abe tratando de mantener su promesa de un crecimiento estable y al alza, superando la deflación. Lo cierto es que la debilidad estructural del crecimiento japonés es evidente y la desinflación es clara. ¿Qué ha fallado en la Abenomics? La falta de reformas estructurales y un difícil contexto internacional.
El factor político tomará protagonismo. Y esto nunca es bueno: los inversores no pueden plantear sus estrategias de inversión anticipando lo que resultará de un deterioro del contexto político. ¿Qué no es algo nuevo? Créanme: sí lo es. Especialmente, si el resto de las condiciones económicas y financieras no ayudan a la confianza. Yo sospecho de que esto será así, especialmente en la segunda mitad del próximo año. Con todo, queda tiempo para hablar de todo esto con calma.
José Luis Martínez Campuzano es Estratega de Citi en España.