Al otro lado del Atlántico, el hundimiento del petróleo y el ciclo alcista de los tipos que se espera inaugure la Fed en un par de semanas, auguran un aumento de la morosidad y de pérdidas de calado. Mientras tanto, Europa, a pesar de la calidad de los activos high yield y de un entorno […]
Dirigentes Digital
| 01 dic 2015
Al otro lado del Atlántico, el hundimiento del petróleo y el ciclo alcista de los tipos que se espera inaugure la Fed en un par de semanas, auguran un aumento de la morosidad y de pérdidas de calado. Mientras tanto, Europa, a pesar de la calidad de los activos high yield y de un entorno político más positivos, no está libre de peligro.
El precipicio al que se asoma la compañía sevillana es muestra de ello y pone de relieve, destaca la agencia, el riesgo que supone "la complejidad estructural, la débil gobernanza corporativa europea y las consecuencias potenciales de la desaceleración del crecimiento mundial y la volatilidad en los emergentes". Y, añade, para agravar la incertidumbre sobre el grupo, "así como su impacto sobre el high yield, nos encontramos ante marcos jurisdiccionales no testados y mecanismos de aplicación transfronteriza".
Así las cosas, Fitch cree que la prima sobre los créditos de la periferia de la Zona Euro podría "subir" ante la situación ed Abengoa, "mientras los riesgos crecen en los sectores expuestos a divisas, precios de las materias primas y países emergentes". Los inversores, señalan estos expertos, deberán centrarse en la selección de crédito para evitar pérdidas.
Con todo, reconocen que la calidad de los activos es benigna (con más del 60% de la deuda con calificación "BB") y la ampliación de los estímulos del Banco Central Europeo (BCE) apoya unos bajos tipos para el high yield a medio plazo. "Incluso si Abengoa quiebra en el corto plazo, la morosidad se mantendrá por debajo del 1% en 2016, muy por debajo de la media de largo plazo", añaden.
Aún así, gestores e inversores no deberán perder de vista la volatilidad esperada para 2016, como un "viento en contra". Prevén que se reduzca el volumen de emisiones entre un 10% y un 30%, aunque las fusiones y adquisiciones (M&A) ofrecerán cierto soporte.