En la semana que hoy comienza los inversores seguirán "digiriendo" la decisión adoptada por la Reserva Federal (Fed) de mantener sus tipos de interés sin cambios a su nivel más bajo de la historia. El viernes, si bien el hecho de que fuera día de cuádruple vencimiento de los contratos de derivados distorsionó el comportamiento […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
En la semana que hoy comienza los inversores seguirán "digiriendo" la decisión adoptada por la Reserva Federal (Fed) de mantener sus tipos de interés sin cambios a su nivel más bajo de la historia. El viernes, si bien el hecho de que fuera día de cuádruple vencimiento de los contratos de derivados distorsionó el comportamiento del contado, algo habitual, sí se pudo observar como los inversores apostaban nuevamente por activos de menor riesgo cómo los bonos al interpretar que el entorno económico se estaba deteriorando (bajo crecimiento y baja inflación) y que, por ello, la Fed no había iniciado su proceso de subida de tipos. Así, mientras la renta variable de los países desarrollados sufría un duro castigo, el precio de los bonos subía con fuerza mientras sus rentabilidades se situaban a sus niveles más bajos en varias semanas. Por su parte, el precio del crudo se "desplomaba" el viernes, "descontando" una ralentización económica global.
Esta interpretación de los inversores se ha visto en los últimos días de alguna forma "confirmada" por la reiterativas manifestaciones de algunos "pesos pesados" del BCE, "amenazando" con nuevas actuaciones (aumentar o prolongar el programa de compra de activos) de ser necesarias para alcanzar el objetivo de inflación que se ha marcado la institución.
Dicho esto, señalar que pensamos que la Fed no ha estado del todo acertada en su comunicación, si bien entendemos que era muy difícil transmitir a los inversores el motivo de su actuación. Muchos economistas y estrategas en Wall Street comienzan a cuestionarse si no hubiera sido mejor subir los tipos de referencia en 25 puntos básicos y dejar claro que el próximo movimiento al alza no se produciría hasta que los datos macroeconómicos lo justificaran. Nunca sabremos cuál hubiese sido la reacción de los mercados en este caso, aunque sí pensamos que un primer movimiento habría servido para reducir la incertidumbre que sobre el proceso de subidas de tipos en EEUU viene afectando a los mercados financieros, además de haber servido para tranquilizar a los inversores sobre el estado real de la economía estadounidense. Lo que ahora tenemos claro es que hasta que la Fed inicie el proceso de subidas de tipos los mercados van a seguir muy condicionados por ello, siendo poco factible que los inversores se decanten por incrementar posiciones en los activos de mayor riesgo, como es la renta variable, manteniéndose a la "defensiva" hasta entonces. En este entorno de mercado, los valores que ofrezcan gran visibilidad de resultados y que paguen elevados dividendos creemos que serán los más atractivos, sobre todo teniendo en cuenta que el BCE parece dispuesto a volver a actuar, inyectando más liquidez al sistema.
Más a corto, entendemos que los inversores querrán determinar cuál es el estado real de las economías desarrolladas y para ello esta semana dispondrán de múltiples referencias, entre las que destacaríamos la publicación el miércoles de las lecturas preliminares del mes de septiembre de los índices adelantados de actividad de los sectores de las manufacturas y de los servicios en la Zona Euro y de las manufacturas en EEUU (la lectura preliminar del índice correspondientes al sector de servicios se conocerá en este país el viernes). Además, el jueves se publicarán en Alemania los índices IFO, que miden la confianza de los empresarios alemanes en la economía del país. Cualquier deterioro significativo de estos indicadores penalizará el comportamiento de la renta variable y, al revés, si las lecturas preliminares de septiembre están en línea o mejoran lo esperado por los analistas, servirán para tranquilizar a los inversores.
Por último, señalar que otro factor de incertidumbre, la situación política en Grecia, va a pasar a un segundo plano durante algunos meses tras la victoria de la coalición radical de izquierdas, Syriza, en las elecciones generales celebradas ayer. Así, el líder de la misma, el ex primer ministro Tsipras, podrá volver a formar gobierno con el partido de derechas Griegos Independientes. Tsipras ha querido interpretar el resultado de los comicios como un mandato para sacar adelante el nuevo programa de rescate griego. Esperemos que cumpla con sus compromisos y honre en mencionado "mandato" para la tranquilidad de los mercados financieros de la Zona Euro. No sabemos hasta qué punto será así, pero lo que sí tenemos claro es que es preferible una Syriza gobernando e implementando el mencionado programa que en la oposición, dificultando su implementación.
Para empezar, esperamos que las Bolsas europeas abran hoy a la baja, aunque creemos que a medida que avance la sesión se irán estabilizando. No obstante, el riesgo de que la corrección vaya a más existe, con todos los principales índices bursátiles europeos habiendo entrado en fase correctiva al ceder más del 10% desde sus recientes máximos, y con el Dax alemán a las puertas de entrar en fase de mercado bajista (caída del 20% desde máximos). Serán, como hemos señalado ya, las cifras macro que se irán conociendo en los próximos días las que determinarán si la corrección va a más o si los mercados se tranquilizan e intentan recuperar algo del terreno perdido desde mediados de agosto.
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