A la espera de las elecciones en Grecia, parece que el ‘bazuca’ de Mario Draghi ha surtido efecto en las Bolsas del Viejo Continente, que siguen la tendencia alcista de los últimos días apoyadas por la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de llevar a cabo el ansiado programa de quantitative easing (QE). Pero el […]
Dirigentes Digital
| 23 ene 2015
A la espera de las elecciones en Grecia, parece que el ‘bazuca’ de Mario Draghi ha surtido efecto en las Bolsas del Viejo Continente, que siguen la tendencia alcista de los últimos días apoyadas por la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de llevar a cabo el ansiado programa de quantitative easing (QE). Pero el movimiento está siendo todo lo contrario en los bonos europeos, que ven cómo sus rentabilidades caen a plomo mientras los gestores reconstruyen carteras para hacer frente al nuevo escenario.
"Tenemos carteras de alto rendimiento (high yield) y estamos recortando exposición a Europa para apostar por EEUU", explican desde una firma internacional asentada en España. El objetivo es encontrar algo de rentabilidad en un mercado que ya de por sí va a vivir un difícil 2015.
Tras las medidas de Draghi, la rentabilidad del bono español a 10 años ha caído 12 puntos básicos, hasta llegar a tocar un mínimo histórico del 1,27%, para volver después al 1,32%. La prima de riesgo (la diferencia entre lo que le cuesta a España financiarse en el mercado frente a la referencia alemana) ha llegado a situarse por debajo de los 90 puntos básicos. Esto, que supone un gran alivio para la financiación del Estado, no lo es tanto para unos inversores que anticipan mas rebajas en los rendimientos.
Los bonos de otros países periféricos registran el mismo comportamiento. La rentabilidad del bono de referencia italiano también ha llegado a tocar mínimos históricos de 1,30%. Alemania y Francia también han visto cómo en los últimos días el rendimiento de su deuda a diez años caía al 0,38% y al 0,54%.
Pero quizá el movimiento más brusco se ha visto en la rentabilidad de los bonos a más corto plazo. En concreto, en el papel a dos años, hay varios países con rendimentos negativos, entre ellos Alemania, Francia, Austria, Bélgica o Dinamarca. España mantiene el rendimiento de su deuda a ese plazo en el 0,32%. En este escenario, los expertos aconsejan aprovechar los diferenciales entre los periféricos y los países del centro de Europa para intentar sacar tajada al nuevo entorno financiero.
Pero sin duda la diferencia ahora con EEUU es mucho más notable. El treasury registra ahora un rendimiento del 1,82%, y los expertos tienen claro que "si el mercado de deuda en euros se estabiliza en unos tipos de interés muy bajos, la búsqueda de rentabilidad podría orientarse hacia los activos denominados en dólares", o incluso en libras, tal y como apuntaban en un reciente informe los expertos de RBS.
En este sentido, el consenso del mercado también aconseja a los inversores seguir muy de cerca el tipo de cambio euro/dólar. Las medidas del BCE, y su divergencia con la política monetaria de la Fed, presionarán aun más la cotización de la moneda única, lo que puede animar a los inversores a seguir esa teoría de apostar por activos denominados en dólares. El simple efecto del tipo de cambio puede ofrecer buenas rentabilidades.
Aún así, Markus Allenspach, Head Fixed Income Research de Julius Baer, recuerda el movimiento que los bonos estadounidenses registraron durante los programas de expansion cuantitativa de la Fed. "Los rendimientos caían siempre antes del anuncio del QE, y se recuperaban durante el programa". Durante el tercer QE, solo cuando la Fed comenzó a hablar del tapering (retirada de estímulos), los rendimientos rebotaron de nuevo". En este sentido, el experto destaca la importancia para el mercado de renta fija del discurso de Draghi, que mencionó la opción de continuar las compras hasta que la inflación vuelva a la meta del BCE de "por debajo pero cerca del 2%".