Ante el entorno de volatilidad desatado por la victoria del Brexit, y antes por la crisis en lso mercados chinos en agosto de 2015, los inversores están considerando en vender su participación en Bolsa para esperar tiempos mejores. Sin embargo, los expertos lo tienen claro: "Aunque esta respuesta es muy comprensible, es la peor decisión […]
Dirigentes Digital
| 14 jul 2016
Ante el entorno de volatilidad desatado por la victoria del Brexit, y antes por la crisis en lso mercados chinos en agosto de 2015, los inversores están considerando en vender su participación en Bolsa para esperar tiempos mejores. Sin embargo, los expertos lo tienen claro: "Aunque esta respuesta es muy comprensible, es la peor decisión que puede tomar un inversor si examinamos las rentabilidades", comenta Carsten Roemheld, estratega de mercados financieros de Fidelity International.
Según estudios de la firma, "los rendimientos comparativamente altos generados por una inversión en renta variable pueden localizarse en un número de días relativamente pequeño con grandes subidas de precios. Como nadie es capaz de predecir cuáles serán esos días, en términos generales tiene más sentido permanecer totalmente invertido a lo largo de los ciclos del mercado".
La conclusión es que aquel inversor que decida abandonar la Bolsa en un momento de pánico, solo con perderse unos pocos días buenos de rebote tendrá que conformarse, por lo general, con una rentabilidad sustancialmente menor a largo plazo. "El tiempo es más importante que el oportunismo cuando se trata de inversiones en renta variable", insisten desde Fidelity.
Los datos recopilados por la gestora, centrados en la evolución del MSCI Europe, demuestran que un inversor que hubiera invertido 1.000 euros en el indicador el 31 de diciembre de 1998 (año de introducción del euro), habría generado 1.992 euros hasta el 31 de mayo de 2016, casi duplicando su capital. Sin embargo, si el mismo inversor se hubiera perdido los 10 mejores días de la Bolsa en el mismo periodo, solo habría generado 1.023 euros. Y sin los 40 mejores días solo le quedarían 324 euros del capital inicial.
En el mercado de renta variable español también se da este resultado. Una inversión de 1.000 euros en el MSCI Spain se habría convertido en 1.938 euros en el mismo periodo. Si el inversor se hubiera perdido los 10 mejores días de ese periodo, la inversión solo habría valido 841 euros al cierre de mayo de 2016. Si el inversor se hubiera perdido los 40 mejores días, solo le habrían quedado 192 euros.
Pensar en el largo plazo resulta crucial en momentos de pánico. "Los inversores capaces de superar las actitudes que distorsionan sus decisiones pueden ser capaces de mejorar la rentabilidad de la cartera beneficiándose de las rentabilidades de la renta variable previstas a largo", explican desde JP Morgan.
Así, para el consenso lo mejor es mantenerse al margen en estos escenarios, a menos que las posiciones se alejen demasiado de los objetivos. "Si cambia fuertemente su distribución de cartera, sus objetivos a largo plazo también cambian. Antes de actuar, pregúntese si su nueva cartera le permitirá alcanzar sus metas a 10, 20 o 30 años", indican desde Morningstar.
"La volatilidad es un elemento natural de los mercados financieros y es el precio que pagan los inversores por la rentabilidad superior a largo plazo de la renta variable en comparación con otras clases de inversiones", explican los expertos de Fidelity, que aconsejan a los inversores mantener la cabeza fría durante las fases de volatilidad y se abstengan de actuar precipitadamente.
A su juicio, intentar predecir el momento correcto de entrada o salida, y de comprar o vender de acuerdo con esta predicción, está condenado al fracaso. "Es mucho más importante estar invertido a largo plazo. El motivo es que si el inversor se pierde la subida de precios, la rentabilidad de su inversión se reduce sustancialmente", insiste Roemheld.