Tras un inicio de año cuanto menos complicado, de la mano de la recuperación de las materias primas, la relajación de los temores en torno a China, la estabilización y/o solución de los problemas domésticos (Brasil) y, sobre todo, la idea generalizada de que la Fed ha abandonado la idea de endurecer su política monetaria […]
Dirigentes Digital
| 15 jul 2016
Tras un inicio de año cuanto menos complicado, de la mano de la recuperación de las materias primas, la relajación de los temores en torno a China, la estabilización y/o solución de los problemas domésticos (Brasil) y, sobre todo, la idea generalizada de que la Fed ha abandonado la idea de endurecer su política monetaria este 2016, los activos de las economías en desarrollo se han recuperado con fuerza.
El ojo del huracán está ahora lejos de la mayoría de ellos, a vueltas con el impacto de la decisión de Reino Unido de salir de la Unión Europea (UE) y con la delicada salud de la banca italiana, y sus horizontes parecen despejarse con la situación del gigante asiático en apariencia bajo control y atados también los tipos de interés estadounidenses.
"Desde un punto de vista fundamental, las valoraciones de los activos emergentes aún son bajas, especialmente en comparación con las de los desarrollados", destaca David Rees, de Capital Economics. Estos precios "pueden atraer a los inversores (y prolongar por tanto el rally en el corto plazo)", pues, además, "una de las consecuencias del Brexit es que las políticas monetarias seguirán siendo ultra-acomodaticias por más tiempo".
No obstante, la firma se mantiene en su idea de que la Fed terminará viéndose obligada a incrementar el precio del dinero de forma agresiva y prevé que el próximo año alcancen los tipos el 2%. "Pero eso es más una historia de 2017 y, por el momento al menos, los emergentes podrían seguir comportándose bien".
Por su parte desde Templeton Emerging Markets Group, Mark Mobius, apunta que, de hecho, el impacto a largo plazo del Brexit podría ser positivo pues "el centro de gravedad de la actividad de los mercados de capitales puede virar al este y lejos de Londres hacia el Lejano Oriente, como Shanghai. Además, el comercio y la inversión de los emergentes está ampliamente diversificada y su exposición a Reino Unido es relativamente pequeña en la mayor parte de los casos".
Así, cree que el resultado de la consulta británica "ilumina nuestro punto de vista sobre las economías en desarrollo y su potencial de inversión a largo plazo (…) además muestra que la inestabilidad política no se concentra en estas regiones", que "deben ser capaces de diferenciarse y los países individuales recuperarse en base a sus fundamentales únicos".
Finalmente, Simon Fasdal, director de operaciones de renta fija en Saxo Bank, recuerda que los mejores rendimientos en este tipo de activo está en los emergentes: "Latinoamérica en su conjunto parece estar mucho mejor, y la mayor parte de los países ha tenido buenas ganancias de capital y entrada de flujos en los últimos seis meses, las divisas se han recuperado y estabilizado muchos riesgos políticos", destaca.