"En tiempos de cambio hay menos personas actuando con convicción, ya que nadie parece capaz de reconocer el patrón de comportamiento del mercado". Con estas palabras explica Lodha el escenario de oportunidades para aquellos gestores que pongan todo su énfasis en los modelos de negocio de las compañías. "Sigo estando convencido de que una cartera […]
Dirigentes Digital
| 12 may 2016
"En tiempos de cambio hay menos personas actuando con convicción, ya que nadie parece capaz de reconocer el patrón de comportamiento del mercado". Con estas palabras explica Lodha el escenario de oportunidades para aquellos gestores que pongan todo su énfasis en los modelos de negocio de las compañías. "Sigo estando convencido de que una cartera que se centre principalmente en empresas con un poder de fijación de precios duradero y valoraciones atractivas seguirá triunfando a largo plazo", insiste.
Desde la entidad reconocen que en el entorno actual, ya no vale abstraerse del entorno macro para solo analizar valores. Sobre todo para un gestor de renta variable mundial. Y a su juicio, las últimas fases del ciclo son entornos siempre difíciles de transitar. "Sigo creyendo que este es el año de la protección del capital, más que de la revalorización", advirtiendo que el hecho de que los valores bancarios no encuentren demanda y estén cayendo hasta nuevos mínimos sugiere que algo no va bien y que tenemos que mantener alta la guardia.
Bajo esta perspectiva, Lodha explica así los cuatro factores que moverán la macro en los próximos meses:
1. DÓLAR
Janet Yellen ha indicado a las claras que no subirá los tipos de interés hasta que la economía se recaliente de verdad. El índice ISM manufacturero está en 58 y los salarios y el empleo están creciendo, por lo que el entorno actual no está en absoluto en consonancia con nuestra política actual de tipos de interés. Sin embargo, nos mantenemos en niveles bajos, ya que el mercado ha conseguido doblegar a la Sra. Yellen. Tras este giro de 180 grados de la Fed, los mercados de divisas han registrado una volatilidad superior a la media.
Parece que el G20 hizo un pacto en su última reunión para no comenzar una guerra de devaluaciones cambiarias. No obstante, el hecho de que el euro y el yen se hayan revalorizado (a pesar de los tipos de interés negativos) me hace pensar que si el dólar estadounidense vuelve a mudar de aspecto y (a pesar de la postura de cautela de Yellen) decide avanzar más, muchas cosas podrían cambiar completamente y de repente.
2. FED
La trayectoria alcista de tres años del dólar parece estar tocando a su fin. En parte, ello es debido a que ahora parece que la Fed subirá tipos únicamente un par de veces este año, en lugar de las cuatro veces que se barajaban a comienzos de 2016. Sin embargo, siempre que los tipos estadounidenses no se muevan, el dólar estadounidense tiene argumentos fundamentales para mostrar debilidad.
A la vista de la debilidad del dólar, los mercados emergentes vivieron uno de sus mejores trimestres en alrededor de tres años; además, los metales preciosos y el acero fueron las mejores clases de activos en el primer trimestre de 2016 (y biotecnología y bancos fueron las peores). Si se produce un giro en la evolución del dólar, algunas de estas tendencias probablemente se inviertan. El mercado estadounidense de bonos requiere una vigilancia continua, ya que en el último ciclo fue el mercado de bonos el que se impuso a la Fed cuando comenzó a descontar inflación.
3. PETRÓLEO
Nuestros analistas viajaron recientemente a Houston para saber de primera mano cómo está la situación del fracking en EEUU. Regresaron con la convicción de que la actividad estaba descendiendo claramente, lo que significa que la producción de petróleo de esquisto de EEUU se contraerá y el mercado probablemente se equilibre en la segunda mitad de 2016 o la primera mitad de 2017. Este hecho debería llevar el barril hasta los 50-60 dólares, tal vez más (cuanto más tiempo esté en niveles bajos, más alto será el eventual pico de los precios). Obviamente, parte de ello está ya reflejado en los precios, que han subido alrededor de un 40% desde sus mínimos por debajo de 30 dólares. Sin embargo, los precios todavía tienen recorrido por la debilidad del dólar y el leve recalentamiento de la economía estadounidense.
Aunque sigo manteniendo una postura favorable a la energía a corto-medio plazo, mi visión no está tan clara a largo plazo. Creo que podríamos presenciar un fuerte movimiento al alza de la energía y después, la era del petróleo se habrá acabado. Tenemos que ser muy rigurosos vendiendo nuestras acciones del sector energético en este movimiento al alza, que por su naturaleza será muy difícil de abordar.
4. CHINA
China introdujo un importante paquete de medidas de relajación monetaria el año pasado que finalmente han comenzado a sentirse en la economía. Los datos de los índices de directores de compras (PMI) han mejorado y varias empresas de acero/cemento están anunciando aumentos de la producción después de dos años. La consecuencia es que los mercados están menos preocupados por China que hace tres meses, lo que también explica gran parte de los avances desde mínimos.
Sin embargo, la economía china no ha salido completamente del túnel, ya que todavía tenemos que ver más reformas para afrontar el problema de los préstamos improductivos.