La educación financiera sigue siendo una asignatura pendiente para todos. Son necesarias nuevas fórmulas para acercar la inversión al ciudadano de a pie. La crisis económica acrecentó el temor de los ciudadanos al sector financiero, lo que ha provocado secuelas en su confianza y en la manera en la que se enfrentan al ahorro. Es […]
Dirigentes Digital
| 03 oct 2016
La educación financiera sigue siendo una asignatura pendiente para todos. Son necesarias nuevas fórmulas para acercar la inversión al ciudadano de a pie. La crisis económica acrecentó el temor de los ciudadanos al sector financiero, lo que ha provocado secuelas en su confianza y en la manera en la que se enfrentan al ahorro. Es un hecho que, tanto organismos públicos e instituciones educativas como las propias entidades financieras, deben tomar partido y crear conciencia social sobre la necesidad de ahorrar. Y sobre todo, sobre la manera de hacer crecer ese ahorro para el futuro mediante la inversión.
La media de esperanza de vida ha aumentado y el sistema de pensiones es cada vez más deficitario. Los supuestos de paro prolongado en países como España ya representan un factor endémico. Por razones como éstas, es necesario que el ciudadano de a pie tome las riendas de sus ahorros, y que lo haga cuanto antes. Nuestros ahorros pueden dar más de sí, sin grandes esfuerzos ni quebraderos de cabeza.
Los nuevos actores que están surgiendo en la industria financiera y la aparición de tecnologías disruptivas están transformando el panorama de la inversión y poniéndola al alcance de cualquier persona. Ahora, los beneficios de una educación financiera transparente y de calidad ya no van a estar reservada a unos pocos. Ahora, cualquier ciudadano va a saber exactamente en qué y cómo se invierte su dinero, qué objetivos puede llegar a lograr a través de ello, y sobre todo los riesgos asociados. El futuro es ahora.
Giorgio Semenzato es CEO de Finizens.