A pesar de las grandes esperanzas con las que ha comenzado 2017, los cierto es que las incertidumbres que afrontan los mercados son muchas y muy variadas. Para empezar, aunque el consenso parece ‘jugárselo’ todo a las promesas fiscales y de inversión de Donald Trump, al mismo tiempo reconoce que, en este sentido, ni mucho […]
Dirigentes Digital
| 17 ene 2017
A pesar de las grandes esperanzas con las que ha comenzado 2017, los cierto es que las incertidumbres que afrontan los mercados son muchas y muy variadas. Para empezar, aunque el consenso parece ‘jugárselo’ todo a las promesas fiscales y de inversión de Donald Trump, al mismo tiempo reconoce que, en este sentido, ni mucho menos las tiene todas consigo. El riesgo de decepción es amplio. Quizá por ello, aunque la apuesta principal de gestores y analistas es Bolsa, en sus recomendaciones de inversión destaca asimismo la diversificación de activos. Y es que, más allá de que las previsiones de crecimiento e inflación apuntalen a la renta variable frente a la renta fija, lo cierto es que no son pocos los expertos que se resisten a creer que la deuda haya muerto. Puede que los bonos soberanos vayan a seguir ‘sufriendo’ pero aún así los analistas los incluyen en su asset allocation, eso sí, teniendo en cuenta las expectativas de mayor inflación y crecimiento, así como de tipos de la Reserva Federal (Fed) y el riesgo político. De hecho, precisamente ante la inestabilidad en este ámbito que ‘guarda’ 2017, la protección tiene también hueco en las carteras, pues, tras el Brexit o la victoria del republicano, el mercado es cada vez más consciente de que todo puede pasar. No se olvidan pues los expertos del oro o las divisas ‘fuertes’ como el dólar. Por ejemplo, desde Banque Degroof Petercam apuntan: “A pesar de su elevada volatilidad, este metal precioso todavía tiene cabida en una cartera de inversiones diversificada. Los tipos de interés reales son negativos y esta situación le beneficia y sostiene su precio. Al igual que el ‘billete verde’, el oro actúa como valor refugio en tiempos extremadamente turbulentos”. Bolsa europea, pero también Wall Street Con todo, la firma reconoce que “considerando la actual incertidumbre, la preferencia es claramente… los mercados bursátiles”. Explica la entidad que “la combinación de crecimiento económico moderado y crédito barato de los últimos años ha creado un clima favorable para la inversión en renta variable, que muy probablemente persista. La política de reactivación de los países occidentales supone un nuevo ímpetu y podría estimular este crecimiento, que es positivo para los beneficios empresariales”. En concreto, su jefe de estrategias de inversión y gestión privada de activos, Jérôme van der Bruggen, señala a la Bolsa europea “a pesar de un 2016 complicado”, pues son sus empresas las que “tienen las primas de riesgo más elevadas. Vislumbramos un incremento de los márgenes de beneficio y las renta variable del Viejo Continente, incluyendo las situadas en Benelux, que muestran el potencial más alto”. Recientemente, añade Banque Degroof Petercam, también han incrementado sus posiciones en Wall Street, a costa de los mercados emergentes. Las valoraciones son elevadas al otro lado del Atlántico, pero “esta situación se compensa con el volumen de inversiones propuestas por Trump”. Mientras tanto, las Bolsas de los países en desarrollo “han tenido un año excelente y la prima de riesgo es ahora más baja”. Renta fija: deuda de calidad y corto plazo En lo que respecta a los mercados de renta fija, apuntan directamente a títulos a corto plazo; así como a deuda corporativa de alta calidad (o con ‘grado de inversión’) “pues ofrecen una prima de riesgo aceptable con una duración que no es excesiva. Por otra parte, los bonos soberanos indexados, especialmente los de Estados Unidos, que podrían beneficiarse del aumento de la inflación que esperamos hacia finales de 2016 habida cuenta del efecto básico de los precios energéticos”, detalla Van der Bruggen. España: líder en crecimiento europeo Romà Viñas, director general de Degroof Petercam S.G.I.I.C., cree que “España se situará, en 2016, a la cabeza del crecimiento dentro de la Zona Euro. Teniendo en cuenta el avance del PIB del tercer trimestre y con los buenos datos que conocemos del cuarto, la economía podría crecer durante este año por encima del 3,2%”. Detalla este experto que “la demanda interna continúa siendo el principal impulsor del crecimiento, pero por segundo trimestre consecutivo, la aportación positiva de la demanda externa neta, permite un crecimiento más equilibrado. Con una rentabilidad por dividendo del 4,1% y un crecimiento estimado de beneficios para 2017 de un 18%, se espera un buen comportamiento de la Bolsa española”.