Por si el Brexit y las numerosas citas con las urnas de los ciudadanos europeos no fueran suficiente (un 70% del PIB celebra comicios este año), Grecia echa un poco más de leña al fuego del riesgo político del Viejo Continente una vez más, y lastra a los activos financieros de la región. El Fondo […]
Dirigentes Digital
| 09 feb 2017
Por si el Brexit y las numerosas citas con las urnas de los ciudadanos europeos no fueran suficiente (un 70% del PIB celebra comicios este año), Grecia echa un poco más de leña al fuego del riesgo político del Viejo Continente una vez más, y lastra a los activos financieros de la región. El Fondo Monetario Internacional (FMI) alerta que la deuda de la república helena está aumentando con más fuerza de lo que ya había asumido el año pasado y eleva los temores a que deje de participar en el plan de rescate aprobado en agosto de 2015. Año en el que ya advirtió que no se había hecho lo suficiente para que el pasivo del país fuera sostenible a largo plazo… La cuestión es que Alemania condicionó asimismo su presencia en dicho programa a la presencia del organismo. Tanto el Gobierno heleno como sus acreedores europeos confiaban en que las medidas de alivio anunciadas en 2016 (modificación de vencimientos y tipos), junto al ‘sobrecumplimiento’ de los objetivos fiscales y la señales de recuperación serían suficientes para garantizar la ‘colaboración’ de la institución capitaneada por Christine Lagarde, pero ésta se pone ahora en duda ante las nuevas cifras que maneja. Y es que, el FMI advierte que, si bien, la deuda de Grecia podría reducirse en el corto plazo, alcanzará el 275% del PIB para 2060 (antes 250%). Regresan a la mesa las palabras ‘quita’ y ‘default’ que tan poco gustan a los ‘rescatadores’ del Viejo Continente. No quieren estos más concesiones “y argumentan que esta cuestión no se planteará hasta que el último tramo del préstamo del ESM se abone en 2018. Estas han sido las primeras incertidumbres de este año, pero ciertamente no serán las últimas”, apuntan desde Allianz Global Investors. Grexit, Frexit, Quitaly… Mientras, Jennifer McKeown, economista para Europa de Capital Economics, recuerdan que ya el año pasado consideraron que los cambios introducidos en el programa el pasado ejercicio no eran “un alivio adecuado” para la deuda de Grecia. Destaca esta experta que los resultados económicos y el progreso fiscal alcanzado por el país se debe mucho más a una “acumulación de atrasos, particularmente seguros sociales y hospitales, que cuando se reembolsen, probablemente deterioren sus cuentas de nuevo”. Y, añade, si bien el crecimiento ha aumentado, “es probable que se ralentice a medida que los hogares tratan de reducir su apalancamiento, regrese la austeridad y los bancos aborden sus préstamos dudosos”. El FMI prevé que el PIB repunte un 2,7% en 2017, en línea con las estimaciones del rescate, en torno al 1% en el medio plazo. No cree la firma que sean pesimistas, pues sus cifras apuntan a un 0,5% este año y un 1% en 2018. El organismo, concluye, “aún no ha descartado participar en el plan, pero existe un riesgo creciente de que lo haga. Y si sucede, Alemania deberá votar uno nuevo que implique mayores garantías por su parte para compensar, con probabilidad de que no se apruebe, especialmente antes de las elecciones de septiembre”. Mientras tanto, añade, “Grecia depende de estos pagos para cubrir sus reembolsos de deuda, por lo que el riesgo de quiebra y Grexit repunta de nuevo. Un momento clave será este verano, cuando tenga que devolver grandes cantidades tanto al Banco Central Europeo (BCE) como a los inversores privados”. Reconocen, con todo, las implicaciones de su salida de la Zona Euro serían menores que un Frexit (Francia) o un Quitaly (Italia), pero esto “debe ponderarse frente al hecho de que las posibilidades de un Grexit son más altas (…) también hay más riesgo de contagio ahora que hace un año, debido al aumento del sentimiento anti-UE en la región. Esto refuerza nuestra previsión de que las rentabilidades de la deuda gala y transalpina subirán más”. La banca ante el precipicio Por su parte, desde Legg Mason advierten que 2017 podría ser “el año en que los bancos griegos finalmente se queden ‘sin carrete’. La economía helena está, por ahora, pasando por alto su delicada situación, pero es importante destacar que los depósitos no están regresando, lo que les da cero posibilidad de crecimiento. El primer ministro, Alexis Tsipras, “está perdiendo popularidad (…) un nuevo gobierno podría romper el bloqueo, pero no habrá elecciones hasta 2019. Con Reino Unido saliendo de la Unión Europea (UE), Grecia avanza hacia la misma casilla y eso cambia fundamentalmente el paisaje de la Zona Euro, aumentando su prima de riesgo”.