En 1960, la vida media de las empresas era de 60 años; para la década de los 90 esta cifra se había reducido hasta 20. La tendencia actual es de 12… En este contexto, Gunnar Miller, jefe global de investigación en AllianzGI, apunta que la disrupción está “poniendo así un mayor énfasis en la gestión […]
Dirigentes Digital
| 27 feb 2017
En 1960, la vida media de las empresas era de 60 años; para la década de los 90 esta cifra se había reducido hasta 20. La tendencia actual es de 12… En este contexto, Gunnar Miller, jefe global de investigación en AllianzGI, apunta que la disrupción está “poniendo así un mayor énfasis en la gestión activa”. Y es que, detalla, ante el constante cambio en el universo corporativo, “evitar los ‘torpedos’ se ha vuelto tan importante como elegir a los ‘ganadores’”. Un ejemplo de la utilidad de un enfoque de inversión consciente de la disrupción es Nokia. “En su apogeo en 2007, controlaba un 41% del mercado global de teléfonos móviles, probablemente era vista con un perfil de bajo riesgo en lo que a la disrupción refiere antes del iPhone. Sin embargo, su valor paso de los 25 euros de 2007 a 1,50 euros en 2012”. ¿Cómo respondemos ante este reto? AllianzGi lo tiene claro: “Atajando directamente la disrupción dentro de nuestra propia industria. Reconociendo que la indexación probablemente no logrará un comportamiento superior en las próximas décadas”. E integrando en el análisis de riesgos a la propia disrupción, al igual que han hecho al incluir los criterios económicos, sociales y de gobierno corporativo (ESG por sus siglas en inglés) en sus modelos. Por otra parte, la firma apunta que “las inversiones temáticas deberían ganar fuerza en estos tiempos de disrupción”, pues “significa esencialmente ignorar las clasificaciones regionales y sectoriales tradicionales en las que se clasifican a las empresas. En lugar de ello, son vistas como ganadoras o perdedoras de ciertas tendencias que, si son lo suficientemente grandes en tamaño e impacto, se agregan a cuestiones de inversión mayores”. Así, las compañías que “se benefician hoy de las tendencias que se materializarán lenta pero seguramente en el futuro tendrán clara preferencia sobre aquellas cuyos modelos de negocio tienen más riesgo de verse afectados por una disrupción. Los anunciantes impresos o las utilities tradicionales ‘sufrirán’ más para encontrar inversores, mientras que los pioneros en vehículos electrónicos o digitalización probablemente se vean recompensados por tener mejores perspectivas de futuro”.