La mejora macro, demostrada en fuertes datos de PMIs, ha convertido a los mercados europeos en los nuevos favoritos frente a EEUU entre los analistas de renta variable. El consenso tiene claro que los riesgos políticos que se avecinan, con un año plagado de elecciones en la región empezando por las francesas del próximo domingo, […]
Dirigentes Digital
| 21 abr 2017
La mejora macro, demostrada en fuertes datos de PMIs, ha convertido a los mercados europeos en los nuevos favoritos frente a EEUU entre los analistas de renta variable. El consenso tiene claro que los riesgos políticos que se avecinan, con un año plagado de elecciones en la región empezando por las francesas del próximo domingo, ejercerán un importante techo para esta clase de activo. Sin embargo, aseguran que los inversores deben saber aguantar estos momentos de volatilidad y fijarse en un tradicional impulsor de los mercados que, hasta ahora, se había quedado algo rezagado: los resultados empresariales. Tras cinco años de revisión a la baja sistemática en las previsiones de ganancias, las rebajas se han detenido por fin este ejercicio, e incluso algunas expectativas están revisándose ligeramente al alza. En general, se espera que la temporada de presentación de cuentas del primer trimestre traiga elevadas revisiones al alza en los guidance para final de año. “Nos encontramos en crecimiento de beneficios del 14%, que está muy bien para soportar el mercado”, indican desde una gestora internacional. La cifra supone, además, que este crecimiento se sitúe por encima del de EEUU en el primer trimestre, cifra que rondará el 9%. Pero cuidado que hay truco. Desde JP Morgan AM indican cómo la comparación de la composición por sectores del principal índice de renta variable europea con el S&P 500 resulta muy útil a la hora de explicar esta deficiencia de beneficios relativa. “Los mercados de renta variable europeos poseen una menor exposición a los caros valores growth (como los de algunas empresas tecnológicas) y una mayor exposición a títulos de finanzas y materias primas, que en ambos casos han atravesado por dificultades en los últimos años”. “A las empresas del sector financiero les resulta especialmente difícil ampliar sus beneficios en un entorno de tipos de interés extremadamente bajos y aplanamiento de las curvas de tir que acorta la brecha existente entre la tasa que se aplica a los consumidores y las empresas y el tipo de préstamo subyacente con el que operan los bancos”, indican desde la firma. Por eso, consideran que ahora que estos obstáculos clave comienzan a superarse, “las previsiones de beneficios en Europa mejoran y, con ellas, la probabilidad de que la renta variable del viejo continente obtenga por fin rentabilidades superiores”. Los expertos consideran que aunque la energía continúa siendo un lastre, si los precios del petróleo se mantienen en los niveles actuales o aumentan, los beneficios interanuales pronto se tornarán positivos también para esta industria. “Dentro de la renta variable europea, prevemos que la rentabilidad de los segmentos más baratos del mercado será superior a la media. Cuando los inversores se preocupan por las perspectivas de crecimiento mundial y temen a la deflación, los valores growth (que son capaces de ampliar sus ganancias con independencia de la fortaleza de la economía) resultan favorecidos”, indican desde JP Morgan AM.