Los puntos a tener en cuenta en el mercado siempre son dignos de analizar. Chris Iggo, director de inversiones y responsable de renta fija de AXA IM, En este caso, repasa cuál es el entorno de la renta fija en estos momentos después de las medidas adoptadas por la Reserva Federal. Desde la crisis financiera, […]
Dirigentes Digital
| 19 jun 2017
Los puntos a tener en cuenta en el mercado siempre son dignos de analizar. Chris Iggo, director de inversiones y responsable de renta fija de AXA IM, En este caso, repasa cuál es el entorno de la renta fija en estos momentos después de las medidas adoptadas por la Reserva Federal. Desde la crisis financiera, la política monetaria se ha centrado en evitar la deflación. Los objetivos han sido claros: restaurar la inflación al nivel del Banco Central del Santo Grial del 2%. Durante el último año, con una mayor expansión económica en desarrollo, la confianza en alcanzar “ese objetivo ha aumentado”, expone. De hecho, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha comenzado a normalizar los tipos de interés, ya que siente que la inflación “está establecida para regresar y mantenerse en el blanco”. Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) está deseando estar en la misma posición, pero todavía no se encuentra ahí. Pero los mercados tienen persistentes dudas sobre las tendencias de inflación a largo plazo. “¿Qué pasa si la inflación sigue siendo baja?” se pregunta el experto. Así pues, analiza que “es complejo, pero podría ser el caso de que la política monetaria simplemente no tiene suficientes herramientas (tipos de interés y balance) para desafiar a las fuerzas deflacionistas estructurales”. La esperanza de una inflación al menos más cíclica sigue estando en EEUU y que un mercado de trabajo apretado empuje al alza a los salarios. Más aún si la economía se ve impulsada por recortes de impuestos. La subida de tipos de la FED se hizo en un contexto de mercado “con menores rendimientos de los bonos y una reducción de las expectativas inflacionistas en parte debido a la menor inflación registrada en los últimos meses”. Desde el comienzo del año, “las condiciones monetarias generales se han relajado con una menor rentabilidad de los bonos, un diferencial de crédito más ajustado, un dólar más débil y mayores valoraciones de acciones”. Por otra parte, la divergencia de los precios de mercado – en el mercado de tipos – con respecto a las previsiones de tipos de interés de la propia tasa de interés ha aumentado. La Fed parece insistir en que cualquier debilidad de la inflación “resultará ser temporal y con el mercado de trabajo aún más restringido, el riesgo es que la inflación sea provocada por los salarios más altos, los cual requerirá nuevas subidas de las tasas de interés”. “O resulta que la FED está equivocada y no es capaz de subir otros 175 puntos básicos (bps) en los próximos dos años o el mercado de bonos está en una corrección mayor y los rendimientos a 10 años se dirigen a 3,0 % En lugar de por debajo de 2,0%”, concluye.