El índice no ha sufrido una corrección superior al 5% desde febrero de 2016, y desde marzo de 2009 no ha tenido una desaceleración mayor del 20%. De hecho, la desaceleración más reciente, de solo un 3 %, finalizó el 4 de noviembre de 2016, unos pocos días antes de las elecciones presidenciales en los […]
Dirigentes Digital
| 20 nov 2017
El índice no ha sufrido una corrección superior al 5% desde febrero de 2016, y desde marzo de 2009 no ha tenido una desaceleración mayor del 20%. De hecho, la desaceleración más reciente, de solo un 3 %, finalizó el 4 de noviembre de 2016, unos pocos días antes de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Según Richard Skaggs, estratega de renta variable de Loomis Sayles, esta subida se debe a tres motivos. En primer lugar, las bajas tasas de interés, no solo en EE. UU., sino en todo el mundo. El rendimiento a 10 años del Tesoro de los EE. UU. no se ha cotizado por encima del 3 % desde finales de 2013. Las bajas tasas de interés hacen que las valoraciones de renta variable resulten muy atractivas frente a las alternativas de renta fija. En segundo lugar, la política coherente de todos los bancos centrales ha generado un trasfondo estable de las condiciones financieras, dando lugar a un entorno saludable para el funcionamiento de las empresas. Es lo que ha sucedido incluso con los grandes ingresos más lentos de los últimos años. En tercer lugar, el rendimiento global de la renta variable se ha afianzado con la fuerte recuperación de los beneficios empresariales en todo el mundo. Se espera que el índice S&P 500 genere este año un crecimiento de las ganancias operativas por acción cercano al 10 %, lo que marcaría el mejor año en cuanto al crecimiento de los beneficios desde el inicio de la recuperación de la crisis financiera en 2010-2011. Europa, Japón y los mercados emergentes van todos encaminados a obtener sólidas ganancias este año, después de un largo periodo de debilidad. Según mi análisis, esta tendencia podría continuar durante el año próximo. El fuerte crecimiento de los beneficios junto con el techo de crecimiento mejorado constituye una sólida base para la confianza de los inversores, y refuerza la racha de baja volatilidad global del año anterior. ¿Cuánto más puede durar esta tendencia? El crecimiento económico ha mejorado este año en todo el mundo, impulsando la confianza de los inversores en una mejora sostenible de los fundamentos del comercio. En ausencia de condiciones que normalmente conducen a la recesión, es posible que la persistencia de la baja volatilidad se mantenga todavía durante algún tiempo. Diversos tipos de contratiempos podrían generar una desaceleración a corto plazo, en especial porque el periodo de baja volatilidad de los precios ya ha durado un cierto tiempo. Desde luego, es imposible predecir los acontecimientos y, por ahora, la combinación de la mejora en los beneficios, la relativa predictibilidad de las políticas de los bancos centrales y la confianza de los inversores permiten suponer que el mercado se mantendrá en alza, salvo correcciones temporales en los precios.