¿Fondos monetarios o hay alternativas? Entre otros ejemplos, en 2017, el fondo Groupama Cash Equivalent mantuvo el flujo de entradas que han marcado la vida del Fondo desde su lanzamiento. El interés de los inversores hizo que el tamaño del Fondo pasase de 430 a 951 millones en 2016, teniendo de nuevo suscripciones netas por valor […]
Dirigentes Digital
| 21 jul 2017
¿Fondos monetarios o hay alternativas? Entre otros ejemplos, en 2017, el fondo Groupama Cash Equivalent mantuvo el flujo de entradas que han marcado la vida del Fondo desde su lanzamiento. El interés de los inversores hizo que el tamaño del Fondo pasase de 430 a 951 millones en 2016, teniendo de nuevo suscripciones netas por valor de 1.000 millones durante el primer semestre de 2017 y superando así los 2.000 millones de euros en activos gestionados a 30 de junio de 2017. Por un lado, el Groupama Cash Equivalent adoptó un posicionamiento capaz de beneficiarse de los comienzos de la normalización del entorno de tipos de interés mediante la implementación de posiciones tácticas cortas sobre el tipo alemán a 2 años que pasó del -0,95%, punto más bajo a finales de febrero, al -0,57%, a finales de junio. Por otro lado, los swaps de tipos de interés se pusieron en marcha en tres momentos diferenciados del primer semestre (vendedor Euribor a 3 meses / comprador tipos a 3 años). Esta estrategia resultó rentable especialmente al final del semestre con la subida de tipos. Por último, en previsión de un resultado positivo para los pro-euro en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, el fondo invirtió en un bono francés 2020 que funcionó muy bien tras la primera votación. En febrero, los gestores invirtieron en bonos con vencimiento 3 años de emisores como Banca Popolare di Vicenza, Veneto Banca y Banca Monte dei Paschi, los tres contaban con garantía explícita del gobierno italiano. Asimismo, hay que tener en cuenta que éstos heredaron la calificación de crédito BBB + de su avalista. Además, la mitad de esta exposición a bancos italianos estaba cubierta por una venta de futuros italianos con vencimiento a 3 años.Esta estrategia nos permitió aprovechar de la prima de rentabilidad de alrededor de 50 puntos básicos de media y protegernos parcialmente del riesgo italiano. La contracción del “spread” (diferencia de tipos entre el título bancario y soberano) nos permitió asimismo generar rentabilidades para los partícipes. En conjunto, la sensibilidad de tipos se mantuvo baja a lo largo del primer semestre, mientras que la sensibilidad de crédito fue más ofensiva para obtener las primas ofrecidas por algunos emisores en el universo del Crédito. En este sentido, el peso de la cartera en bonos con interés variable o FRNs fue creciendo a lo largo de los meses, sobre todo en la parte larga de la cartera (tramo 2-3 años). Este movimiento permite protegernos del riesgo de tipos de interés y ser más agresivos en la parte de Crédito. Dentro de esta parte de la cartera invertida en FRNs, seguimos diversificando con aproximadamente un 1% de la cartera en emisiones en dólares que mantienen su atractivo incluso después de la cobertura de divisas. A finales de junio, la sensibilidad de tipos se mantiene en niveles prudentes (WAM (1) de 105 días). La sensibilidad de crédito es por otro lado algo mayor (WAL (2) de 382 días), posicionamiento adoptado por la gestión a pesar de las fuertes suscripciones vividas por el fondo a lo largo de los primeros seis meses del año. Por otro lado, con las expectativas de inflación actuales, creemos que a día de hoy el riesgo de tipos es más de subida que de bajada. Mantenemos un peso importante de instrumentos de tipos variables (alrededor del 30% del Fondo) siendo también activos en el mercado primario para limitar el impacto de una posible subida de tipos.