Las urgencias han asaltado a los dirigentes europeos, en especial a Theresa May, la primera ministra británica, ante la llegada inminente del 29 de marzo, la fecha en que se oficializará el brexit. Apenas a unas horas de que el Parlamento Británico vuelva a votar, consiguió avances significativos en la reunión de este lunes con […]
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| 12 mar 2019
Las urgencias han asaltado a los dirigentes europeos, en especial a Theresa May, la primera ministra británica, ante la llegada inminente del 29 de marzo, la fecha en que se oficializará el brexit. Apenas a unas horas de que el Parlamento Británico vuelva a votar, consiguió avances significativos en la reunión de este lunes con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker,
En concreto, el compromiso principal de la Unión Europea es el de no “atrapar” indefinidamente a Irlanda del Norte dentro del Mercado Interior Europeo. El pacto inicial que negoció Michel Barnier y que se firmó hace 106 días estipulaba que Reino Unido quedaría dentro de la unión aduanera durante el tiempo de transición, dos años. En caso de que no se encontrara una solución en ese tiempo, Irlanda del Norte seguiría formando parte del mercado interior europeo, el denominado backstop.
Este punto añadido por Bruselas no fue visto con buenos ojos por parte de los parlamentarios británicos, lo que significó la amplia derrota de May. De este modo, tras la última reunión, la primera ministra británica arrancó un nuevo compromiso a Juncker: que la Unión Europea no pueda mantener el backstop sobre Irlanda del Norte.
El nuevo acuerdo dota de instrumentos a Reino Unido para evitar que la Unión Europea aplique el backstop a la frontera irlandesa. No obstante, Juncker explica que la salida de Europa se realizará con estas condiciones o no se hará, por lo que no se espera que haya más concesiones.
POSIBLES ESCENARIOS
El Parlamento Británico opina esta tarde sobre los nuevos acuerdos. Si se produce el visto bueno, el Brexit se producirá el 29 de marzo, aunque reste definir en los próximos meses cómo se gestionará el problema de la frontera de las dos Irlandas. Si se rechaza, se procedería a realizar otra votación sobre si los parlamentarios prefieren una salida sin acuerdo.
Esta solución es poco probable, por lo que se extendería el plazo otros tres meses, con la intención de negociar de nuevo con Bruselas. Sin embargo, como explicamos en las líneas anteriores, la Unión Europea ya ha reiterado que no volverá a negociar.