Alemania, Francia, Italia y los Países Bajos han anunciado un acuerdo con la compañía farmacéutica Astra-Zeneca con sede en Reino Unido para el desarrollo de la vacuna contra el Covid-19. Según este acuerdo estos obtendrían hasta 400 millones de dosis que se encuentra actualmente en fases de estudio clínico. Por desgracia España no está en […]
InternacionalDirigentes Digital
| 18 jun 2020
Alemania, Francia, Italia y los Países Bajos han anunciado un acuerdo con la compañía farmacéutica Astra-Zeneca con sede en Reino Unido para el desarrollo de la vacuna contra el Covid-19. Según este acuerdo estos obtendrían hasta 400 millones de dosis que se encuentra actualmente en fases de estudio clínico. Por desgracia España no está en esta alianza liderada por Alemania para posicionarse a la cabeza de la investigación biotecnológica en Europa. Lo que han sido como industria los automóviles en el pasado, tendrían que ser ahora las vacunas. Sin embargo, ha sorprendido a muchos que para este objetivo el Gobierno haya decidido invertir a través de su brazo financiero, el Kreditanstalt für Wiederaufbau (KfW), 300 millones de euros en Curevac, la empresa alemana con la cual según la cubertura mediática ha querido hacerse Donald Trump desde hace unos meses. Ellos mismo siempre lo negaron. Decían que había contactos con el presidente, pero nunca una oferta de adquisición. Pero está claro que Curevac es ahora mismo líder mundial en tecnología de ARNm cuyo objetivo es proporcionar a las células humanas información sobre la producción de proteínas y, por lo tanto, sobre la lucha contra los patógenos.
Según la OMS, un total de 136 proyectos de vacunas contra la Covid-19 se encuentran actualmente en desarrollo. Diez productos están clínicamente probados. Además de los productos de la británica Moderna y la alemana Biontech está también el desarrollo por la Universidad de Oxford en cooperación con la mencionada Astra-Zeneca, productos de las compañías de biotecnología estadounidenses Innovia e Innovax y cinco proyectos chinos. El ministro de economía alemán Peter Altmaier ha confirmado que su gobierno no se deja quitar la “vajilla de plata”. El estado no quiere influir en las decisiones de política empresarial de Curevac, pero el político no esconde que la participación es de gran importancia desde una perspectiva de estrategia industrial. Actualmente Alemania pierde muchos puestos de trabajo en industrias clave como el automóvil, pero también en el turismo.
La inversión del estado alemán en Curevac es el mismo importe que la Comisión Europea ha anunciado que donará a la Alianza Global para las Vacunas y la Inmunización (GAVI), para el periodo 2021-2025. La industria farmacéutica en todo el mundo está trabajando intensamente en vacunas y medicamentos para el tratamiento de la Covid-19. Aunque los expertos de la industria de la consultoría EY advierten contra las esperanzas exageradas de que la terapia se encuentre rápidamente, los alemanes ya quieren estar delante en la carrera multibillonaria. La entrada del gobierno en la empresa a través del KfW con un 23 por ciento es según el periódico alemán Börsenzeitung también parte de una pre-comercialización de la compañía antes de la prevista salida a bolsa en el Nasdaq en julio. Según las condiciones con las que el gobierno se une, la compañía tendrá un valor de alrededor de 1.300 millones de euros en el futuro. El accionista más importante de biotech ubicado en el Sur de Alemania es dievini Hopp BioTech del fundador de SAP, Dietmar Hopp. Su participación se reduce ahora con la entrada del KfW del casi 80% al 60%. Para algunos esto no es una buena noticia: “Es una amenaza potencial para la libre competencia”, dice el economista alemán Achim Wambach: “Las empresas en las que participa el gobierno federal obtienen una ventaja solo de este hecho”, dijo al periódico “Mannheimer Morgen”. Claro es que el estado alemán nunca jamás ha tenido una participación individual tan grande en una empresa de biotecnología y tampoco en el extranjero se ha visto algo similar en mercados democráticos.