Entre los muchos desafíos que enfrentan las ciudades está el desarrollo de un espacio más sostenible. Una tarea en la que parecen haberse puesto las pilas las dos piedras angulares de las urbes españolas. La firma de diseño y consultoría para activos naturales y construidos, Arcadis, ha incluido en el ‘Índice sobre Ciudades Sostenibles 2018’ […]
NacionalDirigentes Digital
| 09 sep 2019
Entre los muchos desafíos que enfrentan las ciudades está el desarrollo de un espacio más sostenible. Una tarea en la que parecen haberse puesto las pilas las dos piedras angulares de las urbes españolas. La firma de diseño y consultoría para activos naturales y construidos, Arcadis, ha incluido en el ‘Índice sobre Ciudades Sostenibles 2018’ a Madrid y Barcelona entre las 30 primeras de la clasificación. En concreto, mientras que la capital española se sitúa en el puesto 21 de la lista, en el caso de la Ciudad Condal alcanza la 28 posición.
Para la elaboración de dicho ranking se han tenido en cuenta varios factores repartidos en bloques como la calidad de vida y las oportunidades sociales de las personas, el entorno empresarial y el desempeño económico, así como el uso energético, la contaminación y las emisiones. Al analizar estos tres últimos aspectos ambas ciudades llegan a mejorar posiciones con Madrid en el 15º lugar y Barcelona en el puesto número 22, gracias a los incentivos del coche eléctrico, el uso energético que se hace de los mismos y las emisiones de dióxido de carbono. Todos ellos incluidos dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por la Naciones Unidas.
En este escenario es donde entra en juego la construcción sostenible. Una tendencia al alza que se consolida en España como una opción cada vez más interesante, sobre todo, para el segmento de las inmobiliarias. Según la información recopilada por la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias (Fiabci), el ahorro en el consumo de energía se puede llegar a reducir un 70% en estos edificios. A tenor de sus cálculos, bastaría con una inversión inicial que oscila entre los 20.000 y los 40.000 euros con un período de amortización de diez años.
“La construcción sostenible se ha de basar en una adecuada gestión y reutilización de los recursos que contempla toda la vida de una edificación”, sostiene la presidenta de la Comisión de Legislación y Medio Ambiente de Fiabci Internacional, Raisa Venermo, quien también destaca los beneficios ambientales, económicos y sociales que se derivan de unas instalaciones más respetuosas con el medio ambiente. Una vivienda sostenible puede llegar a revalorizar su precio hasta en un 20%.
Pese a ello, desde la Federación inciden en la obsolescencia del parque de viviendas español y la falta de preparación de viviendas para un sistema de control energético eficiente como una de las principales causas del derroche energético y las altas emisiones. Si bien no especifican la cantidad de inmuebles de estas características existentes a nivel nacional, Madrid y Barcelona concentran más de la mitad de las residencias calificadas como sostenibles en España.
En línea con el Protocolo de Kioto, la directiva 2012/27/UE establece que las edificaciones tanto de España como en el resto de países de la Unión Europea deberán registrar un consumo energético casi nulo a partir del 31 de diciembre de 2020. Para ello, el texto que entró en vigor en diciembre de 2012, exige a los Estados miembros fijar objetivos orientados a la eficiencia energética y que van desde el diseño del edificio y los materiales empleados, hasta el aprovechamiento de los recursos naturales como la luz solar o el viento.
Así, la idea pasa por construir o rediseñar edificios más respetuosos con el medio ambiente que, además de generar un valor añadido a la sociedad, dan pistas sobre el rumbo que tomará el sector de cara a los próximos años.