El PIB español podría registrar una caída “sin precedentes”, con un desplome que variará entre el 6,6% y el 13,6% derivado del efecto de la pandemia de coronavirus y cuyo descenso queda supeditado a la duración del confinamiento. Así se desprende del informe ‘Escenarios macroeconómicos de referencia para la economía española’, elaborado por el Banco […]
BancaDirigentes Digital
| 20 abr 2020
El PIB español podría registrar una caída “sin precedentes”, con un desplome que variará entre el 6,6% y el 13,6% derivado del efecto de la pandemia de coronavirus y cuyo descenso queda supeditado a la duración del confinamiento. Así se desprende del informe ‘Escenarios macroeconómicos de referencia para la economía española’, elaborado por el Banco de España, que hace una revisión de todas las situaciones que pueden darse desde la mas optimista a la más negativa.
“Los resultados de los distintos ejercicios apuntan a retrocesos del PIB español en 2020 sin precedentes en la historia reciente, si bien su magnitud es muy sensible a los supuestos de partida, sobre cuya verosimilitud existe mucha incertidumbre”, señalan en el citado documento.
Así, el organismo que encabeza Pablo Hernández de Cos plantea en una primera simulación tres posibles escenarios “basados en la oferta”, que sirven de preámbulo para la evolución de la economía española este ejercicio. En concreto, el primero de los tres cálculos “que descansan sobre una valoración de las pérdidas de producción sectoriales como consecuencia de las medidas de contención de la epidemia” proyectan que el PIB podría caer un 6,6% en caso de producirse una normalización casi completa de la actividad, una vez acabado el confinamiento de ocho semanas.
En una segunda también se contempla el mismo tiempo recluidos en los hogares, pero con una vuelta a la actividad habitual en el cuarto trimestre del año, con la cual el descenso sería del 8,7%. Esta cifra llega a ser incluso un poco más elevada que la anunciada la semana pasada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) del 8%.
Por último, el más adverso tiene en cuenta un confinamiento de doce semanas “con una mayor persistencia de los efectos” una vez finalizado el estado de alarma. En él presuponen que los sectores afectados “no alcanzarían el nivel de producción que mantenían a finales de 2019 hasta el cuarto trimestre de 2020, salvo en la rama de la hostelería y restauración, para los que se proyecta una recuperación más lenta“. De producirse, el PIB podría acusar un batacazo del 13,6%.
De manera paralela, el organismo ha realizado otra simulación basada en el Modelo Trimestral del Banco de España (MTBE), que emplea habitualmente para sus proyecciones macroeconómicas. Éste sigue una descripción esquemática de la relaciones de la economía española y, por tanto, ayuda a comprender los canales “más importantes” que inciden en la perturbación. Con esta metodología, las previsiones son algo más moderadas.
Así, con una reclusión en los hogares de dos meses, en el que las medidas llevadas a cabo por el Gobierno evitarían “la pérdida duradera de puestos de trabajo y el cierre de empresas”, la caída sería del 6,8%, con un rebote del 5,5% al año siguiente. Sin embargo, con el mismo punto de partida de ocho semanas, en el que las compañías no consiguieran liquidez, el retroceso sería más agudo, del 9,5%, pero con un ascenso del 6,6% en 2021. Finalmente, si la duración del estado de alarma se prolonga doce semanas y va acompañado de problemas de solvencia, el derrumbe puede llegar a alcanzar el 12,4% del PIB, pero con una remontada del 9,5% en los meses posteriores.
“Una vez superada la fase más aguda de crisis a corto plazo, la actividad comenzaría a recuperarse a un ritmo que, en todo caso, dependerá de la percepción del riesgo sanitario en los próximos meses y de la capacidad de reactivación de la parte del tejido productivo más dañada por el actual parón de la actividad”, añaden. Según los pronósticos del Banco de España, sería a partir de 2021 cuando la economía española comience a recuperar una “parte significativa, pero no completa”, del flujo de actividad y empleos previstos antes de la pandemia y cuyo coste presupuestario va a ser “muy elevado”.