La situación económica fluctúa a la vez que lo hace la situación sanitaria, que influye en el optimismo y la confianza social y empresarial. El Banco de España (BdE) observa que ha habido una recuperación en el último trimestre, aunque no haya sido completa ni se haya trasladado al sector servicios, ni tampoco al sentimiento […]
BancaDirigentes Digital
| 16 sep 2020
La situación económica fluctúa a la vez que lo hace la situación sanitaria, que influye en el optimismo y la confianza social y empresarial. El Banco de España (BdE) observa que ha habido una recuperación en el último trimestre, aunque no haya sido completa ni se haya trasladado al sector servicios, ni tampoco al sentimiento económico de los ciudadanos y los empresarios.
El gobernador del BdE, Pablo Hernández de Cos, explicó en la última Junta Directiva de CEOE, celebrada este miércoles, que la economía global ya se encuentra en un “proceso de recuperación”, aunque tanto en todo el mundo, como en Europa y en España esta tendencia se viene ralentizando desde finales de agosto, a la vez que se anunciaban nuevos rebrotes.
En parte, de Cos liga la caída económica a las características del tejido empresarial español, enfocado al turismo, con empresas pequeñas y un mercado de trabajo “disfuncional”. Sin embargo, el hecho de que se hayan producido rebrotes han provocado “medidas de distanciamiento social que se han tenido que adoptar en algunas regiones”.
De ese modo, se puede observar que el máximo responsable del organismo supervisor español relaciona la crisis en España con las cualidades de su actividad económica, pero también con la gestión de la propia pandemia. Por ello, el BdE publicó también este miércoles dos proyecciones distintas para los próximos meses, en función de la evolución que tenga la pandemia.
La primera está basada en que se produzcan brotes leves que puedan ser controlados con “medidas de contención de ámbito limitado”, mientras que la segunda prevé que se tomen medidas más estrictas, si bien esta última tendría un impacto más elevado si aparece una solución médica.
En esa línea, estas dos posibles situaciones ya tienen consecuencias en el corto plazo, en concreto en el tercer trimestre. A falta de unas semanas para que finalice septiembre y los primeros nueve meses del año, el Banco de España espera un crecimiento de la economía española de entre el 13% en el peor de los casos, y del 16,6% en el mejor, en comparación con la caída del 5,2% del primer trimestre y el 18,5% en el segundo.
Como se puede ver en el cuadro, la economía española acabará cayendo un 10,5% si se cumplen las previsiones optimistas del BdE. Sin embargo, si las circunstancias empeoran, el derrumbe alcanzaría hasta el 12,6%, a pesar de la recuperación que observa el organismo que dirige de Cos.
Dado el impacto de la crisis, el gobernador del BdE advierte de que los efectos serán persistentes. De momento, la evolución será heterogénea, con los servicios como sector peor parado, mientras que la industria está cerca de recuperar sus niveles de actividad.
En todo caso, de Cos defiende que la magnitud de la recuperación “depende del mantenimiento de los estímulos”. Por ello, solicita que deben mantenerse, si bien se requiere una adaptación, dado que las condiciones económicas no son las mismas que al comienzo de la crisis. En ese sentido, más que amortiguar la caída, ahora se trata de enfocar los esfuerzos en las urgencias más acuciantes.
Así, avisa de “los riesgos de una retirada temprana de estímulos”, pero cree que aunque se está prestando mucha atención a segmentos como la digitalización y las infraestructuras, también se deben financiar reformas estructurales. En referencia a los fondos del Plan Invest EU, de Cos recomienda “incorporar al sector privado para definir los proyectos” que pueden recibir esa financiación.