El teletrabajo ha pasado de ser una opción minoritaria a una realidad para la gran mayoría. De hecho, durante estos meses de pandemia, la tasa de trabajo en remoto en España se ha incrementado del 5% al 35% actual, según el Libro Blanco de la Digitalización de las pymes tras el COVID-19 elaborado por la CEAJE. […]
NacionalDirigentes Digital
| 28 oct 2020
El teletrabajo ha pasado de ser una opción minoritaria a una realidad para la gran mayoría. De hecho, durante estos meses de pandemia, la tasa de trabajo en remoto en España se ha incrementado del 5% al 35% actual, según el Libro Blanco de la Digitalización de las pymes tras el COVID-19 elaborado por la CEAJE. Y todo apunta a que esta tendencia continuará manteniendo este ritmo de crecimiento.
Ha supuesto un cambio en la forma de trabajar y ha habido empresas que han hecho frente a este traslado de la oficina al hogar con más o menos dificultades que otras. Para el especialista en estrategia, transformación y digitalización empresarial, Marco Táboas, la principal modificación reside en que se pasará de un modelo de “pago por tiempo a un pago por resultado”, es decir, ahora las empresas buscan resultados.
En una entrevista con DIRIGENTES, Táboas explica que si bien al inicio de la pandemia, muchos se oponían a que se trabajase desde casa, ahora han visto que se podían ahorrar dinero y se incrementaba la productividad. Pero para que sea realmente eficiente esta forma de trabajar, insiste en que el “truco” está en que las empresas puedan ofrecer a los trabajadores un modelo mixto: muy flexible en horario, pero con unas metas y obligaciones muy definidas, para lo que recalca que “hay que acordar plazos inamovibles”. Esa misma flexibilidad horaria será la que acabará imponiéndose, a su parecer, en aquellos sectores en los que no es posible el trabajo a distancia.
Por otro lado, hablar de teletrabajo también es sinónimo de digitalización forzada en muchos casos. De hecho, casi el 70% de los dirigentes empresariales afirma haber realizado algún tipo de transformación digital en sus organizaciones como respuesta a la COVID-19, según arroja un estudio de Salesforce, sin embargo, un 61% de los encuestados reconoce que todavía no está exprimiendo al máximo los beneficios de esta digitalización.
En este punto, surge una cuestión y es qué lastre puede ser más pesado a la hora de teletrabajar, si la resistencia al cambio para impulsar la digitalización o la necesidad del presencialismo. A este respecto, Marco Táboas valora que es “peor la obsesión de algunos líderes de ver la cara de sus equipos”. “No creo que la dificultad esté en adaptar tecnología o en aprender a utilizarla sino en que nos acostumbremos a supervisar el trabajo de otra manera y hay jefes que no son capaces de trabajar sin aulario, que no saben dar a sus equipos esas obligaciones claras y esa metas definidas, que no saben expresar un road map o que no saben solicitar entregas”, expresa. Y añade que lo más difícil es hacer un cambio cultural: “Ese cambio de chip es lo más complicado”.
En definitiva, a la hora de trabajar en remoto, las empresas deben tener en cuenta varios aspectos para obtener beneficios. Uno de ellos es comprobar que se ponen a disposición del trabajador todo lo que necesita. Por otro lado, los dirigentes tienen que generar confianza en los equipos, ya que “el presencialismo se resume en que tu líder no tiene confianza en ti”, asevera Táboas, al tiempo que considera “absurda” esa vigilancia. Por ello, destaca que lo ideal es empoderar a los empleados y entender que “la gente es responsable”. A estos dos elementos, añade que es importante tener las herramientas adecuadas y fomentar la mayor comunicación posible entre los equipos. Y gestionar el seguimiento, por parte de los líderes, en forma de entrega de las tareas, no en forma de “te veo sentado y me quedo tranquilo porque estás ahí”.
“Veremos un auge de los coworking brutal a lo largo del 2021″.
Ante la rapidez que tomaba la implantación de esta forma de trabajar, el pasado 14 de octubre entró en vigor la Ley del Teletrabajo. En este sentido, Táboas piensa que es positiva, ya que “todo lo que sea regular y definir las cosas es bueno para que no haya abusos”, pero aclara que algunos puntos de esta normativa le parece que son “rizar el rizo porque van a hacer que algunas empresas se echen para atrás”, como el tener que cubrir los gastos, que al final, no les va a compensar lo que pueden ahorrar por otro lado. Por ello, cree que la regulación terminará siendo “mucho más lógica” y se va a flexibilizar.
El coronavirus ha supuesto un antes y un después en la forma de trabajar pero parece que no será así en el caso de las oficinas físicas. Un estudio de la compañía Cushman & Wakefield refleja que el 99% de los encuestados considera que disponer de estos espacios es primordial.
En este sentido, Marco Táboas da un paso más allá y vaticina que se convertirán en centros de reunión, por ejemplo, cuando un empleado tenga que hablar con un cliente. Es decir, las empresas darán flexibilidad para que el 30%-40% vayan allí y lo utilicen como un espacio de trabajo. Es más, también apunta a que “habrá un auge de los coworking brutal a lo largo del 2021″. En definitiva, ir a la oficina tendrá “un sentido, no para hacer allí el día a día”.