Si la inflación está pesando mucho más de lo que esperábamos el pasado año, uno de los mayores impactos, si no el mayor, nos viene a la hora de llenar el depósito de nuestro coche. Y casi con independencia del combustible que utilicemos en el vehículo. Desde que comenzara el ejercicio, en las cuatro semanas […]
EnergíaDirigentes Digital
| 03 feb 2022
Si la inflación está pesando mucho más de lo que esperábamos el pasado año, uno de los mayores impactos, si no el mayor, nos viene a la hora de llenar el depósito de nuestro coche. Y casi con independencia del combustible que utilicemos en el vehículo.
Desde que comenzara el ejercicio, en las cuatro semanas iniciales, se han encarecido consecutivamente los precios de los carburantes en España. Todo ello tras dejar atrás un 2021 en el que además nuestro país ha tenido el dudoso honor de ser aquel en el que más se ha encarecido el coste de la gasolina de toda la Unión Europea.
En concreto, durante el pasado ejercicio, España fue el país comunitario en el que más se encarecieron los precios de la gasolina, registrando un aumento del 22%, de forma que superaba el precio medio de la zona euro, que estaba situado en 140 céntimos. Son datos de un estudio realizado por la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas que ponen sobre la mesa una diferencia real de 26 céntimos por cada litro que adquirimos en 2021.
Esto conforma que España es el país de toda la UE con la gasolina más cara con 147 euros, solo por detrás de Holanda, Finlandia y Dinamarca, es decir el cuarto en la clasificación. Incluso, en diciembre, cuando la mayoría de los países durante las Navidades redujeron su precio en 34 céntimos, el nuestro solo lo redujo en 3 céntimos el litro. En cuanto al gasóleo, el avance fue muy similar, con un encarecimiento del 22%.
Pero no han mejorado las cosas, ni mucho menos. Ya que, según el boletín estadístico comunitario, durante esas cuatro primeras semanas del año también se ha encarecido. Y lo ha hecho hasta alcanzar el segundo precio más elevado de la historia para la gasolina, con niveles medios de 1,52 euros por litro. Con precios no vistos desde que el barril de petróleo de referencia en Europa, el Brent del Mar de Norte, cotizaba a 110 dólares allá por septiembre de 2012.
En el caso del gasóleo, a un precio medio en la última semana de 1,403 euros por litro, se trata del segundo más caro desde el 28 de febrero de 2013, cuando el crudo costaba por barril 112,75 dólares. Ahora mismo el precio del barril, que ha subido un 14% en lo que va de año alcanza en el mercado de commodities de Londres, los 89 dólares.
Para que nos hagamos una idea más clara de cuánto nos supone, ahora mismo llenar un depósito medio de gasolina cuesta 84 euros de media en España y de gasóleo de automoción, unos 77 euros.
Y un 50% del precio que pagamos se va en impuestos, como señala la AOP, la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos. Según su ejemplo, si gastásemos 50 euros, 25 de ellos se iría en fiscalidad, 18 euros en el coste de la materia prima, 6 euros en logística y comercialización del carburante y el 1% es el margen bruto que se lleva el minorista.
El argumento principal del aumento de precio ya casi exponencial de los carburantes es el encarecimiento generalizado en los mercados internacionales de la materia prima, el petróleo, por múltiples razones.
Por un lado, la sobredemanda en este periodo de recuperación poscrisis pandémica y por el otro, los niveles más que controlados de aumento de la producción por parte de los países productores y Rusia, entre otros, que se unen en la OPEP+.
Demanda desatada y oferta controlada que ha llevado a los precios a superar esta semana los 91 dólares, los niveles más altos para el precio del crudo desde octubre de 2014 en los mercados internacionales.
Pero también la posibilidad de que se produzcan problemas de suministros es otra de las razones del encarecimiento. En concreto el conflicto Rusia-Ucrania, donde las reservas de gas, y por ende de petróleo en muchos casos, tensionan la cadena de suministro, ya lastrada por esos cuellos de botella que están dejando a las petroleras americanas, por ejemplo, entre los mejores valores de Wall Street en lo que llevamos de año por sus expectativas de crecimiento de los ingresos.
Si a todo esto, le sumamos la inflación, tenemos la tormenta perfecta para el precio de los carburantes en España en lo que llevamos del presente ejercicio.
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