¿Cuál es el grado de desarrollo de la moda sostenible en España? Moda sostenible es un concepto muy amplio y hay muchos conceptos mezclados al mismo tiempo. Para el gran público quiere decir una moda en la que se tienen en cuenta una serie de parámetros que antes no se atendían en los que hay […]
NacionalDirigentes Digital
| 22 sep 2023
Moda sostenible es un concepto muy amplio y hay muchos conceptos mezclados al mismo tiempo. Para el gran público quiere decir una moda en la que se tienen en cuenta una serie de parámetros que antes no se atendían en los que hay un respeto por el uso de los materiales que se utilizan, un cuidado por las técnicas de pintado de los tejidos y en la que se llevan a cabo procesos con un impacto más pequeño en el medioambiente. También hay otras personas que cuando hablamos de moda sostenible piensa en los derechos laborales, en cuánto se paga a los trabajadores, si tienen descansos adecuados, etc.
Mi opinión personal respecto a su desarrollo en España es que en los últimos cinco años ha habido un cambio muy grande en la importancia que se le da desde las marcas a crear colecciones con conceptos relacionados con la sostenibilidad. Este cambio ha venido derivado por dos factores fundamentales. Por una parte, la presión social, ya que la gente cada vez es más consciente de la necesidad de hacer las cosas de otra manera y se lo exige a las marcas. Y, también, por un cambio legislativo muy fuerte que tenemos por delante con una serie de hitos que empezamos en 2022 y que se extenderán hasta 2030.
Ojalá hubiera más conciencia y se promovieran determinadas formas de trabajo sin necesidad de que exista la regulación que, por desgracia, siempre llega un poco tarde. No obstante, es normal que las empresas velen primero por una sostenibilidad financiera y, más todavía, en momentos de incertidumbre económica como el que vivimos. Recientemente, ha salido una propuesta de directiva de la Comisión Europea para regular el greenwashing, donde se establecerían unos criterios claros sobre cómo las empresas pueden hacer declaraciones sobre impacto medioambiental, teniendo estas que demostrar mediante una serie de parámetros que sus colecciones son sostenibles. Se estima que en torno al 53% de las comunicaciones que hay en torno a sostenibilidad en España son engañosas o no están bien fundadas.
Respecto a otros países, nosotros operamos en España, Francia y Alemania. Alemania y todos los países del norte de Europa nos llevan mucha ventaja en todo lo que tiene que ver con conciencia medioambiental y con el uso de conceptos relacionados con la sostenibilidad en su cadena de producción. Esto lo vemos en lo implementados que están algunos modelos de negocio como, por ejemplo, la segunda mano en Alemania desde hace ya 30 o 40 años. Mientras que, cuando nosotros empezamos en 2012 a hablar de ropa de segunda mano, en España era una cosa muy rara.
Por otro lado, Francia creo que está a mitad de camino entre España y Alemania. En Francia nos llevan ventaja en cuanto a la implementación de la legislación en materia de gestión de residuos (que será obligatoria en toda Europa a partir de 2025) porque desde hace un año ya ha puesto en marcha el sistema de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) y así cada vez que alguien compra, por ejemplo, unos vaqueros, el fabricante ha pagado previamente una cantidad para contribuir a la gestión de esta prenda cuando ya no se use y se convierta en residuo.
El mundo de la moda es muy competitivo, por lo que a medida que se ha identificado el concepto de sostenibilidad como un factor diferenciador entre unas empresas y otras también se ha entendido como una oportunidad de negocio. Además, en los últimos años han ido apareciendo cada vez más empresas que hablan de sí mismas como marcas de moda sostenible. Como decíamos antes, unas lo serán más y otras menos, pero cuando se implemente la regulación en torno al greenwashing el consumidor podrá identificar cuáles lo son de verdad.
Nosotros comenzamos en 2012. En Europa fuimos los primeros en hacer un modelo de negocio de compraventa de ropa de segunda mano con la fórmula que llevamos a cabo de venta en depósito y gestión completa de la experiencia de cliente y la mitad de este tiempo hemos estado prácticamente solos. Alrededor de 2015 y 2016, empezaron a aparecer otras empresas relacionadas con la segunda mano y en los últimos tres años sí que ha habido un boom de todo tipo de compañías en torno a conceptos relacionados con alargar la vida de la ropa, reutilizarla, con el pago por uso más que pago por propiedad, con el alquiler o los modelos de suscripción.
Es necesario que todos estos tipos de negocio convivan ya que son distintas maneras de alargar la vida de la prenda y de lograr un consumo y una gestión más eficientes. Es necesario que, por una parte, los fabricantes cambien su modelo de producción a través del empleo de otros tejidos, de la manera que tienen de teñir o el uso de materiales reciclados y reciclables y, al mismo tiempo, también es necesario que haya otras empresas que se dediquen a facilitar la reutilización de esos recursos ya fabricados pen – sados para durar más. Con lo cual, quiero creer que el futuro será una mezcla de ropa fabricada de manera sostenible con fibras recicladas y reciclables, ropa alquilada y ropa de segunda mano.
El crecimiento del sector textil de segunda mano va totalmente de la mano con la regulación y son muchos los cambios que tiene que llevar a cabo una industria tan madura como es la industria de la moda. La transformación es costosa financieramente, por lo que sería inviable que se diera si no fuera porque hay unas fechas límites que fuerzan a la industria. En el caso de Europa hay incluso ayudas y subvenciones de la Unión Europea que esperamos que hagan que ese cambio sea más fácil.
Creo que es bastante creíble que el crecimiento del mercado de segunda mano va a ser mucho mayor que el de primera mano debido a una combinación de la comunicación en torno a la desestigmatización de la ropa de segunda mano con la manera en la que las nuevas generaciones han asumido este proceso como algo normal. Estas nuevas generaciones se van haciendo mayores y van a ir aumentado su poder adquisitivo, lo que va a hacer que el mercado de segunda mano se consolide.
Creo que es muy positivo porque las que provocan un verdadero impacto, tanto positivo como negativo, con cada cosa que hacen son las que mueven muchísimo volumen, tanto de compra como de venta. Nosotros no lo vivimos como una competencia, sino que trabajamos todos por un mismo objetivo. Es necesario que las grandes empresas del sector asuman estos nuevos modelos de negocio porque van a tener una capacidad mucho más grande para comunicar a sus clientes habituales y será más fácil así que una gran cantidad de gente asuma estos hábitos.
También pienso que al no ser parte del core business del modelo de actividad de estas empresas, llevarlos a cabo con éxito en un corto espacio de tiempo no va a ser fácil para ellos. Por eso existen empresas como PERCENTIL que les pueden acompañar en ese camino hacia la moda circular y creo que con el tiempo surgirán colaboraciones muy interesantes.
Se introducen temas interesantes como la prohibición de destruir excedentes no vendidos de productos perecederos como el textil, forzando así a las marcas a una gestión más eficiente de su inventario. Esto supone un reto para las marcas a múltiples niveles, que por una parte se ven obligadas a dar un salto a nivel procesos, tecnología y big data, y por otro a integrar en su cuenta de pérdidas y ganancias la gestión de la comercialización de ropa no vendida de temporadas anteriores.
Conceptos como el derecho a la reparación o la regulación de la obsolescencia programada también están presentes y nos recuerdan los comienzos del sector textil como inspiración y hoja de ruta. Retos como la recogida separada de residuos textiles, que debe implementarse totalmente a finales del 2024, sitúan a España, que ya va tarde en materia de recogida selectiva, en una encrucijada. La Ley indica que al menos el 55% de los residuos domésticos, entre los que figura el textil, sean preparados para la reutilización o sean destinados a reciclaje.
Las empresas por sí mismas no, ya que hoy en día se les está pidiendo que lleven a cabo cambios en sus procesos que, a veces, son sustanciales y suponen costes. En cambio, sí creo que tanto en España como en el resto de Europa hay compañías grandes que llevan décadas llevando a cabo clasificación textil. En concreto, PERCENTIL pertenece a un grupo de empresas suizo llamado Texaid que desde hace 50 años se dedica a la gestión de residuo textil. En Europa hay capacidad productiva y operativa para hacer frente a estos retos, pero las empresas se tienen que dejar acompañar por especialistas, ya que no es su modelo de negocio y va a redundar en menos beneficio.
Desde el principio tuvimos muy claro que si lo que defendíamos era promover el cambio y cambiar la forma en que la gente le da una segunda vida a las prendas que ya no usa o cómo compra ropa de segunda mano, lo teníamos que poner muy muy fácil. En PERCENTIL recogemos la ropa en las casas o en los puntos de recogida y no cobramos nada por ello. Después, esta ropa llega a nuestros almacenes donde clasificamos las prendas que consideramos que están en buenas condiciones para ser vendidas en nuestra plataforma y les asignamos un montón de características con las que un algoritmo nos da las cifras exactas del precio que costó en un origen, a qué precio consideramos que lo vamos a publicar y qué precio le pagaremos a la persona que nos envió la prenda.
Más tarde hacemos un montón de fotos y publicamos la ropa en nuestra plataforma. A partir de ahí, se vende como si fuera una tienda online multimarca y con la misma velocidad. Además, a diferencia con otras plataformas, con nosotros puedes comprar algo y recibirlo en 24 o 48 horas y puedes hacer una cesta de productos tan grande como quieras porque lo vas a recibir igual de rápido. Ahora mismo tenemos publicadas unas 130.000 referencias distintas y cada prenda es única.
El consumidor con el que empezamos a trabajar hace 12 años era un consumidor muy acomplejado. Compraba por precio y no se sentía orgulloso de comprar ropa de segunda mano. Siempre cuento que, en los comienzos, algunos clientes nos pedían si podíamos tapar el logo de la tienda de los paquetes para que los vecinos de su edificio no supieran que compraban ropa de segunda mano. Esto ha cambiado muchísimo y, a día de hoy, mucha gente se siente orgullosa, siente que está fomentando un hábito de consumo más ecológico, más sostenible y que está ayudando a llevar a cabo un cambio social. Al final no solo estás permitiendo que la persona que compró la prenda que te estás llevando consiga un dinerito, sino que si envías tu ropa también estás permitiendo poner a disposición de gente que, a lo mejor, no puede pagar ropa de primera mano, prendas que están en perfecto estado a precios más bajos.
Como sabemos que la experiencia de vender ropa de segunda mano es más complicada y más difícil de entender, somos muy transparentes en todo el proceso para que se vea el alma de la compañía y nuestros valores. Más allá de un negocio, que por su puesto lo es, queremos promover el cambio y mostrar que hay una causa detrás. Cada vez más vemos que la gente participa, se siente parte de un movimiento y lo comunica en nuestros canales.
A la hora de impulsar que las empresas sean conscientes, también hay otro punto de presión que tiene que ver con el consumidor informado. Estos consumidores son los que eligen comprar una marca u otra dependiendo de cómo lleve a cabo su negocio, cómo comunique y cómo de creíble sea. Y, al final, aunque sea en pro de su viabilidad económica, las empresas pueden pensar que si hacen las cosas bien van a poder vender más caro, a la larga van a tener un cliente más leal y se van a distinguir de las demás. Es decir, todo parte de un consumidor informado que ayuda a mover la rueda.
Hay una frase muy típica que se dice en todos los foros de sostenibilidad en moda que es: “La moda será sostenible o no será”. No queda otra. Al final, por desgracia, el impacto que determinados procesos industriales están teniendo en el medioambiente, y en concreto la moda, siendo la segunda industria más contaminante del planeta, cada vez es más tangible y está dejando de ser un concepto abstracto que realmente no veíamos reflejado en nuestro día a día a verlo cada vez más en las noticias. Solo puede haber una moda sostenible.