Hace tres años que se empezaron a escuchar en las noticias las primeras informaciones del COVID-19. La pandemia, que desestabilizó las economías de todo el planeta, amenaza con descontrolarse de nuevo por la apertura total de China hace tan solo unas semanas. Un trienio después, la mayoría de las economías han recuperado su peso previo, […]
InternacionalDirigentes Digital
| 05 ene 2023
Hace tres años que se empezaron a escuchar en las noticias las primeras informaciones del COVID-19. La pandemia, que desestabilizó las economías de todo el planeta, amenaza con descontrolarse de nuevo por la apertura total de China hace tan solo unas semanas.
Un trienio después, la mayoría de las economías han recuperado su peso previo, aunque no es el caso de España. La economía nacional necesita crecer al 1,9% en el último trimestre del año para dejar ese reducido grupo de países que sigue sin recuperar los niveles previos a la pandemia.
Si se compara la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) desde el cuarto trimestre de 2019 (el último en el que las cuentas nacionales no se vieron afectados por la pandemia) hasta el tercero de 2022, se observa que España es el país de los cinco grandes de Europa que peores resultados ofrece.
Estos datos ya reflejan el estancamiento de las economías de Reino Unido y Alemania, así como el mejor comportamiento de nuestro país en comparación con los otros cuatro. Esto se debe a que España y Portugal se han visto menos afectados por las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania y la menor exposición de nuestra economía a Rusia.
A nivel mundial, Europa es la región que peores datos ha registrado en los últimos tres años. Así, si se realiza la comparación con las grandes economías a nivel mundial, se vislumbra un estancamiento en comparación con Estados Unidos y, sobre todo, China. Mientras que EEUU ha aumentado su PIB en un 4,3%, la potencia asiática lo ha hecho en un 14,5%.
El conjunto de las economías de la Unión Europea, sin embargo, solo ha logrado incrementar su peso en un 3% en el mismo periodo. Además, estas cifras maquillan el estancamiento de los Estados económicamente más desarrollados (los situados en la parte occidental del continente), ya que incluyen en la ecuación los países del este, como Polonia, Hungría o Estonia, que han visto un crecimiento superior.
Por último, los países de Latinoamérica pertenecientes a la OCDE también han registrado unos resultados más esperanzadores en el último trienio, destacando el crecimiento del Colombia, que marca los dos dígitos.