Desde hace casi dos semanas, ya está en vigor el paquete de medidas que el Gobierno aprobó el pasado 27 de diciembre con el fin de paliar las consecuencias económicas y sociales de la Guerra en Ucrania sobre la economía española. En lo que respecta a la alimentación, su objetivo es ayudar a la ciudadanía […]
NacionalDirigentes Digital
| 11 ene 2023
Desde hace casi dos semanas, ya está en vigor el paquete de medidas que el Gobierno aprobó el pasado 27 de diciembre con el fin de paliar las consecuencias económicas y sociales de la Guerra en Ucrania sobre la economía española. En lo que respecta a la alimentación, su objetivo es ayudar a la ciudadanía a afrontar la tensión de precios en la cesta de la compra generada por la inflación, y ponen el foco en los productos más utilizados en el día a día, que han experimentado importantes aumentos en los últimos meses.
De este modo, las novedades aprobadas en el Consejo de Ministros contemplan la rebaja del IVA en alimentos frescos o de primera necesidad, que pasan del 4% al 0% y del 10% al 5%, según el tipo de alimento básico. Esta rebaja entró en vigor el pasado 1 de enero y estará vigente durante el primer semestre del año, hasta el 30 de junio de 2023, o si la tasa interanual de la inflación subyacente, aquella que excluye la energía y los alimentos no elaborados, es inferior al 5,5% en el mes de marzo, en cuyo caso acabaría el 1 de mayo de 2023. El último dato conocido, correspondiente al mes de diciembre de 2022, situaba esta cifra en el 6,9%.
La primera rebaja del tipo impositivo afecta a seis tipologías de alimentos: el pan común, así como la masa de pan común congelada y el pan común congelado destinados exclusivamente a la elaboración del pan común; las harinas panificables; las leches producidas por cualquier especie animal: natural, certificada, pasterizada, concentrada, desnatada, esterilizada, UHT, evaporada y en polvo; los quesos; los huevos y las frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales, “que tengan la condición de productos naturales de acuerdo con el Código Alimentario y las disposiciones dictadas para su desarrollo”, indican desde el Ministerio de Hacienda y Función Pública.
En este escenario, cabe preguntarse cómo afecta esta iniciativa a las empresas de hostelería y restauración. En lo que respecta a esta primera iniciativa, desde la Confederación Empresarial de Hostelería de España (CEHE), su presidente, José Luis Yzuel, explica a DIRIGENTES que “la hostelería valora en positivo todas aquellas medidas que supongan una protección del consumo y que al tiempo afectan de manera directa a los propios negocios, ya que la alimentación sigue experimentando cada mes la mayor inflación, y es evidente su importante peso en este sector”.
De forma paralela, la segunda rebaja pasa del 10% al 5% el IVA de las pastas alimenticias y los aceites, incluido el de oliva. En este punto, Yzuel valora la medida de forma positiva: “Los aceites han tenido una inflación por encima del 96% en algunos momentos, por lo que la rebaja del IVA en este producto supone un cierto alivio para los negocios, donde es una base primordial”. Y apunta que “todo lo que suponga una bajada del IVA solo puede valorarse de manera positiva y todo aquello que favorezca la posibilidad de consumo de las familias también se valora de esta forma”.
No obstante, considera igualmente que esta lista debería ser más amplia: “Es evidente que hay muchos productos con importante presencia en nuestro sector, que también habrían sido importantes incluir, si bien se entiende que no tienen tanto peso en la cesta de la compra de las familias”.
Según explica el presidente de CEHE, la hostelería alcanzó en 2022 cifras de facturación “muy similares” a las previas a la crisis, “pero desafortunadamente la rentabilidad sigue muy por debajo”. Es decir, “a pesar de que podemos ver locales llenos, y que no se haya experimentado una crisis de consumo, lo cierto es que se ha producido un cambio en los hábitos de consumo y una reducción del ticket medio”. Unido a esto, también sostiene que esta situación, sumada al alza “desorbitada” de la energía y de la alimentación “ha afectado de manera directa a la rentabilidad de las empresas”.
Así, declara que, “en el peor momento del IPC, en el mes de julio, la hostelería se situaba más de cuatro puntos por debajo, lo que se ha notado en la cuenta de resultados de los negocios, que pese a haber recuperado la afluencia de clientes no han recuperado márgenes”. Por todo ello, para CEHE, el plazo de la rebaja del IVA de ciertos alimentos propuesto por el Gobierno debería extenderse “mientras se mantenga la incertidumbre económica y el tsunami de precios en la alimentación”.
Asimismo, entre sus peticiones para este nuevo año, desde CEHE destacan la protección al consumo como una prioridad para la hostelería y confían en la creación de nuevas medidas anticrisis por parte del Gobierno. Entre ellas resaltan la importancia de tres: la ampliación a los locales comerciales, la limitación del alquiler que se aplica a vivienda particular y la protección de los trabajadores con la ampliación del valor facial del ticket restaurante. Por último, Yzuel declara que siguen reclamando que “los 3.000 millones de euros de ayudas COVID que hubo que devolver no se pierdan, más cuando la hostelería sigue necesitando muchas ayudas con las empresas con una rentabilidad muy mermada”.