El barril de Brent ha subido un 74% en un año pasando de los 42,9 dólares por barril a los 75,5 dólares actuales. Esto supone que el crudo ha vuelto a niveles no vistos desde 2018 cuando tocó su máximo en los 82 dólares. Pero, los motivos que explican esta subida no se encuentran solo […]
El barril de Brent ha subido un 74% en un año pasando de los 42,9 dólares por barril a los 75,5 dólares actuales. Esto supone que el crudo ha vuelto a niveles no vistos desde 2018 cuando tocó su máximo en los 82 dólares. Pero, los motivos que explican esta subida no se encuentran solo en la reapertura económica y en una mayor demanda por el aumento de la movilidad.
El primer motivo que explica el alza del petróleo es el desacuerdo en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Los Emiratos Árabes Unidos pidieron un acuerdo para modificar sus cuotas de producción, ya que durante 2020 debido a los recortes aplicados por el cártel se dejaron de producir 7.900 millones de barriles.
“Existe cierta incertidumbre en cuanto a las consecuencias del sorprendente resultado de la última reunión. La cohesión del grupo podría verse afectada si algunos países se toman menos en serio las cuotas del acuerdo de suministro. Los principales países consumidores de petróleo podrían aumentar su presión política sobre los países petroleros, al hacerse más evidente su estrategia de elevar artificialmente los precios del petróleo”, explican desde Julius Baer.
Según Goldman Sachs, actualmente hay un déficit de 2,3 y 2,5 millones de barriles por día debido a que la OPEP no ha llegado a un acuerdo para aumentar las cuotas de producción y así poder paliar este desequilibrio. Además, desde el banco americano añaden que es necesario producir a un ritmo de 5 millones de bpd para poder ajustar la tensión entre la oferta y la demanda en el mercado del crudo.
En la última reunión de la organización, Emiratos Árabes Unidos rechazó una propuesta de prórroga de ocho meses de los límites de producción. “El efecto más inmediato de la ruptura es que la OPEP y sus aliados no incrementarán la producción para agosto y esto privará a la economía global de suministros adicionales vitales a medida que la demanda se recupera, situación que elevará temporalmente el precio del barril”, comentan desde Portocolom AV.
A esto hay que añadirle la reducción de las existencias de crudo, que han bajado de forma constante durante varias semanas y los inventarios en Estados Unidos han caído a su mínimo desde febrero de 2020 en la semana al 2 de julio. La Agencia Internacional de la Energía dijo el martes que la extracción mundial de petróleo almacenado durante el tercer trimestre será la mayor en al menos una década y que datos de principios de junio de Estados Unidos, Europa y Japón mostraban una gran reducción de existencias.
Si la OPEP sigue sin ponerse de acuerdo y se mantienen los niveles de producción actuales, todo apunta a que los precios del crudo pueden seguir subiendo. De superar los 82 dólares por barril tocarían máximos de los últimos cinco años. Sin embargo, el escenario es similar al que se dio a finales de 2018 cuando la falta de acuerdo en el cártel llevó a los productores a aumentar la producción por su cuenta provocando una caída de 82 a 53 dólares por barril en pocas semanas.
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