Esto que te cuento seguramente te resulte familiar: como cada año en estas fechas, me afano en fijar mis objetivos anuales. Me esfuerzo por definir qué es lo que voy a conseguir, personal y profesionalmente, a lo largo de estos 12 próximos meses… A nivel personal, he conseguido fijar el “objetivo fácil” del año: salir […]
Dirigentes Digital
| 25 ene 2019
Esto que te cuento seguramente te resulte familiar: como cada año en estas fechas, me afano en fijar mis objetivos anuales. Me esfuerzo por definir qué es lo que voy a conseguir, personal y profesionalmente, a lo largo de estos 12 próximos meses…
A nivel personal, he conseguido fijar el “objetivo fácil” del año: salir a correr, como mínimo, tres días a la semana. Aún tengo otros pendientes por concretar, como el de pasar más tiempo con la gente que de verdad me importa, y menos con el resto, o ser “más auténtica y valiente” con todo lo que eso implica…
A nivel profesional –y este es quizá también tu caso–, ya tengo marcados unos cuantos objetivos a cumplir. Bueno, más que marcados…“impuestos”. Casi con toda seguridad te son familiares: crecimiento, clientes actuales, nuevos clientes, beneficios, nuevos reportes…
Siguiendo en el plano profesional, este año me he propuesto empezar mi “lista de objetivos” de forma innovadora. Y esta es mi fórmula, que es muy fácil de recordar: basta con pensar en las cinco cinco vocales y eliminar los extremos.
E=IxO Dicho sin iniciales: Evolución = Impactos extraordinarios debido/gracias a Objetivos minúsculos
Así es que me he puesto ya manos a la obra. ¿Cómo lo voy a hacer? Tan sencillo como elegir y poner en marcha un objetivo minúsculo para cada mes. Tan pequeño y tan fácil de poner en práctica que sea imposible no llevarlo a cabo. Y que, además, asegure resultados extraordinarios en eficacia, motivación/automotivación, autoestima, trabajo en equipo…
Y ¿cuál es mi objetivo minúsculo del mes de enero? Pues verás, en mi caso invierto gran parte de la jornada participando en reuniones: algunas presenciales, otras remotas; algunas convocadas por mí, otras a las que soy invitada…
Revisando mi agenda del mes de enero, descubro con horror que tengo fijadas/asignadas un total de 80 horas para este fin. Lisa y llanamente, reuniones. En tu caso, haciendo el mismo análisis, ¿de cuántas horas estaríamos hablando?
Pues bien, considerando que mi tiempo es mi mayor tesoro (sólo lo puedo invertir en una cosa, una vez en mi vida…) y añadiendo el “coste” que éste tiene para mi empresa:
· 80 horas en total.
· 3-4 personas como media de asistentes.
· 100€/ hora por persona.
TOTAL 80x(3-4)x100= de 24.000€ a 32.000€
Me hago –y te hago– la siguiente pregunta: ¿Tengo fijados objetivos a conseguir para cada una de las reuniones en las que invertiré mi tiempo durante este mes de enero? ¿Qué voy a conseguir, de forma proactiva, en cada una de esas reuniones? Y por supuesto, no me voy a conformar con «asisto a la reunión para estar informada». Porque para estar informada basta con leer detenidamente la presentación que nos pueden enviar por correo electrónico, o tener colgada en “la nube”. Y tampoco sirve «presento mis resultados trimestrales y los planes para el próximo año».
Así es que, en lugar de:
· «Asisto a la reunión para estar informada», me digo «asisto a la reunión para conseguir que el jefe de ventas de la región tal se comprometa a hacer una promoción del leasing industrial entre sus clientes más importantes».
· «Asisto a la reunión para presentar mis resultados trimestrales», me digo «asisto a la reunión para que, en base a los resultados trimestrales, los responsables de las cuentas VIP propongan tres acciones a realizar para mejorar los resultados en un 5%».
· «Asisto a la reunión para presentar los planes estratégicos del próximo año», me digo «asisto a la reunión para que, como apoyo al plan estratégico que presentaré, el comité de dirección apruebe la inversión en dos nuevas personas para mi equipo».
¿Qué te parece mi propuesta? Imagínate a ti mismo, antes de tu próxima reunión, definiendo tu objetivo. ¿Cómo te sentirás? Y lo mejor de todo, ¿cuál será el resultado de esa reunión? ¿Crees que será diferente en resultados y emociones?
Marcar mi objetivo “por reunión” me obliga a ser proactiva, en la preparación de la reunión y durante el desarrollo de esta. Marcar mi objetivo “por reunión” me ayuda mentalmente a focalizar toda mi energía en esto que voy a conseguir.
Este objetivo minúsculo hace que me sienta motivada y poderosa. ¿Qué te parece si lo pones tú en marcha y compartes conmigo tu experiencia? (la forma en la que has planteado tu objetivo, la forma en la que se ha desenvuelto la reunión, los resultados…)
Yo ya estoy pensando en mi objetivo minúsculo para febrero. Me encantará compartirlo contigo. Y a ti, ¿qué se te ocurre? Te invito a compartirlo aquí y a que trabajemos en él ¡juntos